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Cultivando al Ser tuvo el gusto de entrevistar al ingeniero agrónomo Polan Lacki, quien demostró en varios núcleos productivos de Latinoamérica que los agricultores pequeños y medianos pueden transformar su realidad convirtiéndose en exportadores y agroindustriales. Invitados a leer la entrevista.

Cultivando al Ser: Cuéntenos por favor quién es Polan Lacki.

Polan Lacki: Soy ingeniero agrónomo de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro. Desde que nací he estado involucrado con el sector agropecuario, me apasiona todo lo relacionado con los productores. Soy autor de seis libros como ‘El libro de los pobres rurales’, he escrito más de 100 artículos sobre extensión, educación, escuela primaria rural y otros.

Por más de 20 años trabajé para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en muchos municipios de Brasil y en 18 países hispanohablantes de América Latina, constatando con los productores que sí pueden dejar de ser pobres con sus propias manos. Tengo más de 50 años al servicio del sector agropecuario latinoamericano.

CS: Un texto de sus escritos dice: “Productores, abandonen el individualismo, acérquense a los extensionistas competentes y a los agricultores más eficientes, huyan de los intermediarios y de los malos políticos. Solucionen, ustedes mismos, sus problemas”; refiérase al mismo por favor.

PL: Los estudios reiteran que en promedio los productores del campo latinoamericano reciben apenas el 15 % de los precios que los consumidores pagan por sus productos. Los empobrecidos gobiernos de América Latina aunque quisiesen conceder ayudas, no podrían hacerlo por absoluta falta de recursos financieros y adecuadas estructuras operativas. Por eso son los mismos productores los que pueden superar sus problemas como el acceso a los insumos, de producción, de administración de las fincas, de incorporación de valor agregado, de comercialización de sus productos, entre otros.

Conozco muchos productores que con su propio esfuerzo transforman su historia. Al inicio hay miedo y dependencias a factores externos, sin embargo, con acompañamiento y asesoramiento real, de mediano y largo plazo, resultan cambiando con su eficiente esfuerzo.

CS: ¿Qué han hecho esos productores con sus propias manos para solucionar los problemas que menciona?

PL: ¡Uy!, son múltiples acciones de costo cero, sólo necesitan ánimo y deseo. Mencionaré algo, porque todo requiere desarrollo y procesos de acuerdo con el tipo de producción.

Me apasiona ver productores transformados porque siempre, o en la mayoría de los casos, inician personas muy pobres, dependientes de los subsidios, de las ayudas, en fin, de todo y nada; al cerrar el ciclo, termino viéndolos como esos empresarios solidarios, con rendimientos significativos, negocios rentables, escalas importantes, familias renovadas, jóvenes enamorados de la actividad.

Ellos han logrado unir esfuerzos para producir y comercializar, generar escalas para comprar y vender. Además, logran asesoramiento técnico de personas u organizaciones comprometidos. Su principal meta es ser más productivos y rentables; por eso las reglas de juego las fijan los productores organizados, no al contrario, en lo cual hay tropiezos entre tantos intereses.

Paso a paso los productores pueden iniciar la “eficientización” productiva, para lo cual requieren conocimientos adecuados más que de subsidios; es imperativo reducir los costos por kilogramo producido. Miren estos ejemplos, por favor:

• Los que siguen cosechando un promedio de 6.000 kilos de maíz por hectárea, deben conocer que dentro y fuera de América Latina ya hay productores con 10.000, 12.000 y hasta 16.000 toneladas por hectárea.
• Existen productores cosechando 3.000 kilos de trigo por hectárea, mientras en Chile ya hay cosechas de 9.500, 10.600 y hasta 12.000 kilos por hectárea.
• No podrán sobrevivir los que sigan cosechando 20.000 kilos de papas por hectárea, porque ya hay latinoamericanos con 40.000, 50.000 y hasta 60.000 kilos por hectárea año.

Tengo muchos más datos tanto de cultivos como de producción ganadera, en varias latitudes de América Latina. Por eso resalto como una de las claves la “eficientización”, porque estos simples ejemplos demuestran que hay errores elementales y primarios que pueden ejecutar los productores para cuya eliminación no requieren de altas decisiones políticas, ni de subsidios, sino de conocimientos, hay que lograr que los productores desaprendan y reaprendan con educación y acompañamiento.

También se requieren cambios radicales en las actitudes de los productores, que se asocien a una buena cooperativa empresarial que proporcione asistencia técnica, en caso de no existir, pueden formar un grupo precooperativo, con 10 o 20 productores solidarios y en conjunto contratar o asociarse a un extensionista (agrónomo, zootecnista, veterinario o técnico agrícola), que preferentemente tenga ‘más callos en las manos’ que títulos académicos colgados en las paredes, porque son los que tienen real capacidad teórica y especialmente práctica para mejorar la eficiencia del grupo, en la obtención de insumos, en la producción propiamente dichas, en la administración de la finca y en la comercialización de productos.

CS: ¡Wow!, señor Polan, gracias por compartirnos sus experiencias, a nuestros lectores que deseen conocer más del señor Polan en Google encuentran entrevistas y artículos muy interesantes de sus experiencias en la transformación de los productores.

Realmente acompañando a los productores en el corto, mediano y largo plazo podremos ver los empresarios del campo.

Gracias y nos vemos pronto.

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