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“La innovación es la verdadera fuente de crecimiento económico”.
William Baumol.

La agricultura es el pilar de muchas economías en el mundo y Colombia puede convertirse en la promesa de Latinoamérica, si logra materializar su potencial agrícola. Así lo señala el estudio de Procultivos ANDI sobre un modelo de agricultura competitiva.

Uno de los desafíos más críticos identificados en el estudio es la insuficiente inversión en investigación, innovación y desarrollo (I+D). Según el Banco Mundial, Colombia destina solo el 0,2 % del PIB agrícola a este rubro, una cifra preocupantemente baja en comparación con otros países que han logrado avances significativos en la materia y, por ende, en el agro.

Esta baja inversión limita la capacidad de los agricultores para adoptar nuevas tecnologías y prácticas más sostenibles, afectando la productividad y el desarrollo del sector agrícola en general. Es crucial aumentar este porcentaje para impulsar la innovación y asegurar un futuro próspero y sostenible para la agricultura en Colombia.

Dos ejemplos inspiradores de Inversión en I+D

Brasil: ha transformado su sector agrícola mediante políticas agresivas de inversión en investigación e innovación. La creación de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) ha sido fundamental para desarrollar tecnologías adaptadas a las condiciones locales. Gracias a estos esfuerzos, Brasil ha logrado avances impresionantes en la productividad de soya, mejorando rendimientos y resistencia a enfermedades, consolidándose como uno de los mayores exportadores mudiales de este producto.

Israel: A pesar de sus limitados recursos naturales, Israel ha invertido fuertemente en I+D agrícola, centrando sus esfuerzos en tecnologías de riego. El cultivo de tomates es un ejemplo destacado: gracias a la innovación en riego por goteo y a las mejoras genéticas, Israel produce tomates usando menos agua y con mayor resistencia a condiciones climáticas adversas.

Colombia puede lograr incrementos en el presupuesto destinado a la investigación y desarrollo agrícola. Es crucial fomentar alianzas entre el gobierno, las universidades y las empresas privadas para impulsar proyectos concretos según cultivo y región. Además, el país tiene el potencial de convertirse en un centro de producción a gran escala para bioinsumos, una iniciativa respaldada por empresas comprometidas con este objetivo que ya están intentando operar con contundencia en Colombia.

También es esencial multiplicar los modelos de trabajo con pequeños productores, activando su SER empresarial a través de hacer realidad las bondades de la economía solidaria en su finca. La investigación con acción participativa, como la desarrollada por Procultivos ANDI, puede demostrar y respaldar estos esfuerzos.

Es hora de tomar medidas decisivas para asegurar la materialización del potencial agrícola de Colombia. Aumentar la inversión en I+D no es solo una necesidad, sino una estrategia indispensable para garantizar un sector agrícola competitivo y sostenible.

¡Vamos adelante!

Foto: Bayer.

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