“La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria”.
D. Goleman.
Hace tres semanas tratamos la primera parte de este tema. Nos referimos al rol de los insecticidas, fungicidas y herbicidas, es decir, las tecnologías con las que los agricultores cuidan sus cultivos de plagas, enfermedades y malas hierbas. Esta segunda parte, que prometí, se referirá a la calidad de estos productos.
Antes una reflexión: tomemos una pausa en todos los ámbitos de la vida para valorar lo que tenemos y evitar desacreditar lo propio. A veces es la gente la que valora lo nuestro y no nosotros mismos; ejemplo, el trabajo, la casa, aún, los hijos, la familia, la pareja, en fin; y solo cuando los perdemos aprendemos el valor que tenían. Si hacemos pausas, aprenderemos sobre lo que tenemos, lo valoraremos y nos dedicaremos a embellecerlo, pues todo siempre será susceptible de mejorar.
La pausa para el tema de hoy, es contarles la labor que hacen el ICA, la ANLA y el INS, tres autoridades que trabajan para aprobar los plaguicidas que se usan en los cultivos del país. Organismos internacionales como la OCDE y la OMS, así como expertos, resaltan el esquema regulatorio que tenemos para estas sustancias. Sin embargo, algunos actores por desconocimiento lo desacreditan.
Colombia desde el 2005 aplica un esquema regulatorio internacional para aprobar estos productos, el cual debe contar con tres avales (ambiente, salud y eficacia agronómica), y solo así con estas tres evaluaciones se puede obtener la aprobación del registro.
Los plaguicidas que se aprobaron antes de esta norma internacional (desde los años 60), fueron sometidos a una reevaluación para aprobarlos con la norma vigente. Las tres autoridades, desde hace 5 años, se dedicaron a esta revisión y el mes pasado la concluyeron. La buena noticia es que todos los productos para la defensa de cultivos de Colombia son aprobados bajo el régimen internacional, mientras que los que no pasaron la prueba fueron cancelados por el ICA.
Hoy nuestra agricultura tiene un portafolio de casi 3.000 productos para la defensa de plagas, enfermedades y malezas, evaluados y aprobados por el riguroso esquema internacional. Felicito por este entregable al ICA, a la ANLA y al INS y valoro cada día más lo que nuestro país tiene en la materia. Ahora a mejorar y seguir embelleciendo lo que tenemos.
Por tal razón, los invito a profundizar estos temas si son de su interés y tomar esa pausa para el aprendizaje que con seguridad nos llenará de ganas para seguir adelante y no apoyar sentimientos vergonzantes por lo nuestro. Incluso, les comento, estos productos son exportados a 50 países que también reconocen la calidad de nuestros productos para la protección de cultivos.
Otra temática que debemos pausar y revisar es la de los productos ilegales que no pasan por este régimen, sin embargo, se ofrecen en nuestro país a los agricultores, colocando en riesgo el medio ambiente, la salud y la economía agrícola del país.
El mercado de productos falsificados o de contrabando es otro tema que desarrollaremos en este blog.
Impulsemos nuestro trabajo con ahínco por la defensa del mercado legal de los productos para la protección de cultivos.
Nos vemos pronto un gran abrazo.
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