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Son varios los desafíos de la agricultura para evitar hambrunas con las extensiones de tierra disponibles, que desde ya se advierte serán insuficientes porque su crecimiento no se da al mismo ritmo del que impone el incremento de la población, porque cada año -y de forma sostenida- habrá más bocas para alimentar.

Cultivando al Ser ratifica ese desafío fundamental, denominado productividad agrícola, porque es importante lograr producir más en las diferentes hectáreas, situación que opera para todos los cultivos.

La pregunta es cómo lograrlo. Gracias a trabajos realizados en campo, hemos probado el papel de las tecnologías y su efecto inmediato y real para lograr incrementos en la productividad.

Cosecha de maíz

Cuando hemos llegado a fincas y tan solo modificamos el paquete tecnológico contenido por semilla, fertilización y protección, bastan seis meses de acción para lograr incrementos del 25% y hasta el 40% de la productividad.

Surge entonces otro interrogante: ¿cómo se identifica ese paquete tecnológico? Con precisión y actuación, cada cultivo requiere una dieta balanceada de acuerdo con sus necesidades nutritivas, como también una acción para evitar, combatir o sanar el cultivo.

Por tal razón son importantes los análisis de suelo y de los problemas fitosanitarios, para construir la dieta y el paquete de protección adecuados, generando el suministro exacto de insumos, con uso racional y específico en cada uno.

Cultivando al Ser promueve el uso racional de la protección a plagas, enfermedades y malezas, como también la fertilización inteligente. Por eso Procultivos ANDI imparte programas con metodologías de trabajo especiales para acompañar a los agricultores en la atención de este desafío prioritario, denominado productividad agrícola.

Gracias por su productiva atención, nos vemos pronto.

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