El empoderamiento de los trabajadores para aumentar la productividad
Hoy día vemos con frecuencia que las empresas del nuevo milenio buscan menos ceñirse a los procedimientos y manuales de funciones estrictos y rigurosos del pasado.
Para una organización poder estar a la vanguardia, innovando y adaptándose a los cambios permanentes del mundo actual, necesita abandonar la vieja estructura del trabajador obediente y sin iniciativa.
Hoy las empresas necesitan reclutar a personas creativas, proactivas, que rompan moldes, que se burlen del statu quo, que se cambien el traje gris y el maletín lleno de documentos, por una patineta y un Smartphone lleno de aplicaciones; que ofrezcan una mirada fresca, nuevas propuestas y sobre todo, resultados económicos, ya sea en reducción de costos vía aumento de la productividad, o en aumento de ingresos vía aumento del volumen de ventas, o el desarrollo de nuevos productos o mercados que les permitan vender más caro.
Pero hay una gran contradicción entre las personas que las empresas necesitan y las personas que los colegios y universidades ofrecen.
El modelo de educación actual, producto de la revolución industrial, no ha podido cambiar al mismo ritmo, a pesar de los grandes esfuerzos que se ve que están haciendo tanto las instituciones educativas, como las naciones, por estimular el desarrollo de competencias y la potencialización de las aptitudes de sus estudiantes.
Con dolor vemos como los niños de preescolar, que entran como materia prima en la línea de producción de la industria de la educación con esa alegría intrínseca (independiente de lo que suceda a su alrededor), ese entusiasmo, esa energía interior, esa avidez por experimentar y conocer los misterios del mundo; van siendo transformados lenta e inexorablemente en el producto terminado que sale al final de la línea de producción: Seres humanos alienados, aburridos, obedientes, sumisos, llenos de conocimiento y de miedos al mismo tiempo, marchando al mismo ritmo y en la misma dirección, y sumiéndose en la depresión por no poder encontrar un empleo digno.
Como saben quienes siguen este blog, aquí hablamos de la importancia de las redes sociales en la Economía del nuevo milenio, entendiendo el concepto de Networking, como la capacidad de la organización para crear vínculos sanos y duraderos con proveedores y clientes tanto internos como externos.
Actualmente, en las principales facultades de Negocios del mundo, hay cursos para formar Networkers, que no es más que cursos para enseñar a los estudiantes a ser espontáneos, curiosos y proactivos otra vez, es decir, desaprender todo lo que aprendieron durante su proceso educativo, y a crear sin miedo, ni vergüeza relaciones sólidas.
Un buen Networker tiene garantizado su futuro en las empresas del nuevo milenio, ya sea para trabajar hacia adentro uniendo mejor a todos los trabajadores y encausándolos hacia un objetivo común, o hacia afuera fortaleciendo o creando nuevas relaciones con clientes.
Por esta razón, muchas empresas están en la actualidad invirtiendo en el desarrollo de las competencias de sus trabajadores, contratando talleres de comunicación efectiva, asertividad, creatividad, resilencia, inteligencia emocional y muchos otros temas de los cuales hace un par de décadas era una locura hablar.
En días pasados, visité a la Fundación Ana, Mejor Mujer, que mediante talleres experienciales, actividades lúdicas y espacios de reflexión logra transformaciones en las personas que se traducen en mayor productividad en las empresas. Me entrevisté con su gerente, Adriana Jaramillo, una prestante ejecutiva que decidió renunciar al mundo corporativo para luchar por su sueño: Ayudar a las mujeres a empoderarse para hacer un mundo mejor.
Adriana afirma: – Al agregar valor a una mujer en sus principales roles: Personal, laboral y como madre, estamos aumentando la productividad en las empresas, contribuyendo al crecimiento económico y a la creación de una nueva generación de niños más sanos emocionalmente. – Luego continuó: – Inicialmente ofrecimos nuestros talleres solamente a mujeres, por la identidad que yo tengo con ellas, ya que tuve que sacar adelante a mis hijos sola. Sin embargo, en la mayoría de empresas en donde hemos ofrecido el empoderamiento para las mujeres, los hombres han protestado y han pedido ser incluidos, pues el problema de la falta de empoderamiento, aunque es más visible en la mujer, (me muestra un resultado de la Encuesta de Calidad de Vida del DANE que dice que el 65% de las mujeres de Colombia han sido víctimas de violencia contra ellas), es un problema generalizado de nuestra sociedad.
Adriana afirma que es tan importante esta formación y hay tanta demanda actualmente, que con los pagos que reciben de las empresas buscan subsidiar procesos de formación equivalentes para personas de bajos recursos que no podrían acceder a ellos de otra forma. También utilizan otras vías de recaudar fondos para patrocinar procesos de formación, como conciertos, eventos y conferencias. De hecho, el próximo 8 de diciembre de 2015 a las 3:00 pm, tendrán en la Parroquia de Niza un evento con el Coro Acuña, con más de 70 voces en escena.
El país, de cara al siglo XXI necesita que muchas personas reciban este tipo de formación y que las empresas vean el beneficio económico de apostar al empoderamiento de sus trabajadores. El desarrollo de competencias de los trabajadores, a la larga se traducirá en desarrollo de competencias de las empresas.
Una empresa que capitalice las competencias de sus trabajadores será una empresa competitiva. Una organización que empodere a sus trabajadores, será una organización proactiva, dinámica y adaptable.
Ramiro Calderón
Consultor Senior de Comunicaciones, Productividad y Competitividad
C: 316 6376739
W: http://www.ramirocalderon.net
Skype: ramiro.citta
Mayor información sobre Ana, Mejor Mujer: contacto@anamejormujer.org
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espero les sea de ayuda
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