¿Por qué la necesidad de una nueva perspectiva económica?
¿Por qué la necesidad de una nueva perspectiva económica en este milenio?
Desde hace un tiempo, venimos observando y viviendo los grandes traumas que ocurren en nuestra sociedad. Además, los trabajos descriptivos de una gran cantidad de autores, relatan y sustentan con cifras esta realidad que nos agobia.
Muchos hablan de la creciente desigualdad social y buscan culpables. La mayoría de las soluciones propuestas están encausadas hacia tratar de concientizar a los culpables del terrible daño que le están causando a la sociedad, presionarlos para que dejen de hacer lo que están haciendo, y en algunos casos más extremos y radicales, obligarlos a pagar indemnizaciones económicas y sociales (atentados, linchamientos, destierros, boicots).
Los de visión más limitada, lanzan injurias contra los gobernantes de turno de sus respectivos países o contra ciertos sectores de la población. Otros, de visión un poco más amplia, ven que el fenómeno trasciende las fronteras de su vecindario y lo identifican como global, arremetiendo contra el capitalismo salvaje, los grandes capitales, las empresas multinacionales, las políticas neoliberales, o el Banco Mundial.
A pesar de lo lógicas y de que identifican sectores de la población que están sufriendo grandes privaciones y otros sectores que están recibiendo beneficios, estas visiones podrían parecer algo limitadas y las soluciones que proponen… inalcanzables, incompletas o de un inmenso costo social.
Si estamos atentos a las noticias sobre marchas, protestas, huelgas y atentados en todo el mundo y además andamos con ojo avizor dentro de la realidad que nos afecta, podemos concluir que la clase trabajadora, los ciudadanos comunes de todo el mundo, están muy descontentos dentro del nuevo esquema económico y social imperante (lo cual no debe ser nada novedoso para el lector que se mantiene informado).
Si caminamos por las calles de cualquier ciudad de Colombia o nos entrevistamos con personas de cualquier parte del mundo, podemos ver que en todos lados se repite en mayor o menor medida el mismo fenómeno: Almacenes abarrotados de mercancías, ofreciendo desesperadamente promociones, rebajas y servicios de valor agregado para llegar a los consumidores. Una horda de transeúntes que deambulan por las calles con las manos entre los bolsillos mirando con ansias toda esta oferta de bienes y servicios pero sin el dinero para acceder a ellos. Grandes, medianas y pequeñas industrias, funcionando a un pequeño porcentaje de su capacidad productiva y muchas máquinas ociosas guardadas en bodegas. Muchos trabajadores con los brazos cruzados deseando que los contraten para operar las máquinas ociosas y así ganar dinero para acceder a los bienes y servicios que ofrece el comercio, el cual ante la poca demanda del mercado, se ve obligado a reducir costos despidiendo trabajadores, retroalimentando ese monstruo de miseria que crece y crece como una bola de nieve absorbiendo un sector de la población más y más grande cada vez. Este fenómeno se puede percibir de manera mucho más dramática en los sectores populares de los países pobres y en menor medida (pero con una tendencia creciente), en los sectores populares de los países ricos.
Todo esto nos lleva a preguntarnos: ¿Es este esquema económico y social una opción política? ¿Es posible que estemos viviendo los traumas de una sociedad que se reacomoda para adaptarse a unas nuevas condiciones ambientales? ¿Son las políticas las responsables de las nuevas condiciones ambientales? o ¿Serán la respuesta a una causa mucho más profunda?
Es muy importante hacer un diagnóstico mucho más profundo de las causas estructurales de la situación, ya que nos urge una propuesta de solución viable y pacífica en contraposición a las propuestas radicales y violentas que rondan por el ambiente en estos días.
Hace un poco más de sesenta años, un hombre con una propuesta bastante radical, encontró el caldo de cultivo preciso para que sus ideas prendieran, en un pueblo alemán miserable, agobiado por el desempleo, la mayor hiperinflación de su historia, todavía padeciendo las secuelas de la derrota en la gran guerra que había terminado unos cuantos años antes, situación reforzada por la crisis mundial de los 30´s.
Mediante la puesta en marcha de la industria bélica, este hombre aplicó los principios Keynesianos del estado como principal generador de demanda y motor reactivador de la economía. Al contratar soldados generó empleo, al activar la maquinaria bélica reactivó la industria alemana poniéndola a girar en torno a la producción para la guerra, la cual a su vez generó más empleos, etc. Todo esto además de la unión de todo su pueblo para conseguir un objetivo común, legitimaba sus ideas y hacía creer a sus seguidores que iban por el camino correcto.
Sin embargo, a los pocos años, después de más de cuarenta millones de muertos, después de incontables violaciones, abusos, hambre, privaciones y maltratos que vienen de la mano con la guerra, toda Europa se encontraba en la más completa miseria. Entonces, la humanidad entendió que esos mismos principios que jalonaron la economía durante la destrucción, podían ser utilizados en la reconstrucción de Europa.
Antes de la guerra se habían comenzado este tipo de ensayos en los Estados Unidos mediante la creación de grandes obras públicas como la Represa Hoover en el río Colorado y la inyección de recursos del gobierno federal en el sector financiero, para subsidiar hipotecas y estimular el sector de la construcción (gran demandante de mano de obra). Esta fue la misma filosofía del Plan Marshall de apoyo a la reconstrucción de Europa, que luego se fue regando por el mundo. Los estados gigantescos y ejecutores de grandes obras públicas estuvieron de moda hasta finales de la década de los 80´s. ¿No nos habríamos ahorrado mucho dolor si hubiéramos descubierto esto antes de la Segunda Guerra Mundial?
¿Qué pasó luego? ¿Si mediante estas políticas se había logrado algo de equidad social y el mantenimiento de la paz… a quién se le ocurrió acabarlas? ¿Será que llegó un momento en el que perdieron su eficacia? ¿Será que ocurrió algo que obligó a la humanidad a abandonar las reglas que hasta ahora habían funcionado? ¿Existe la posibilidad de que haya ocurrido un cataclismo que cambió las condiciones del entorno y la humanidad no se dio cuenta? ¿Algo así como el impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años, pero que pasó desapercibido para los hombres? ¿Qué pudo haber sido? ¿Que pudo haber provocado este terrible y traumático cambio en el medio ambiente económico, político y social?
Este blog busca llevarnos por los diferentes caminos del conocimiento. A través del contacto con variadas disciplinas y personas, podríamos tener una visión diferente y un poco más profunda (en mi concepto), de las causas y posibles soluciones de este creciente conflicto que aqueja a la humanidad. Además, mediante el seguimiento atento a varias organizaciones (no sólo multinacionales, o grandes capitales), de mucho éxito y con unas tasas de crecimiento vertiginosas, las cuales veremos como casos de estudio, (y de las cuales podremos ir extractando factores comunes de éxito a lo largo de todos los artículos que publiquemos en el blog), podríamos describir una propuesta pacífica que de hecho se está dando entre nuestras sociedades, pero que no ha tenido la suficiente difusión.
Los teóricos de la psicología cognitivo-conductual dicen que hay que hacer de nuestros actos inconscientes, actos conscientes; que esa es la única manera de detectar las distorsiones de pensamiento que nos hacen daño, para erradicarlas, y de reforzar lo que estamos haciendo bien, para ser mejores. De la misma forma, cuando la sociedad se da cuenta de lo que están haciendo bien determinados grupos exitosos, todos sienten una motivación interna a hacerlo y se generaliza una conducta adaptativa determinada, en forma de cultura o de regla social informal, que es diferente a la imposición mediante una ley o una política.
Bien vale la pena poner atención a una propuesta pacífica que ya se está dando, en contraposición a las innumerables propuestas radicales y violentas que podrían tener un gran costo en dolor. No hay que ser categóricos, dogmáticos, ni doctrinarios, ya que las mejores soluciones se construyen a partir de las múltiples y diferentes aproximaciones a un conflicto. Esta no es sino una propuesta más, sin embargo, no implica guerra, muerte, ni destrucción. ¿No sería muy triste, después de muchos millones de muertos, violaciones, hambre, abusos y maltratos que trae consigo la confrontación bélica, pensar… Por qué no probamos una alternativa pacífica?
El objetivo principal de este blog es mostrar al lector la realidad desde una perspectiva más esperanzadora, no el de consagrar al autor como erudito. Así, a pesar de apoyar gran parte de lo que dice en conceptos de Economía, Gestión, Historia, Geografía, Sociología, Antropología, Psicología, Etología, Ciencias Naturales, Biología, Física, Química, Matemáticas, Estadística, etc., no utiliza términos rebuscados ni expresiones matemáticas, sino conceptos muy claros con ejemplos explicativos traídos de la vida cotidiana.
Si usted es un lector, inquieto, que se siente más atraído por la búsqueda de soluciones que de culpables, que trata de prepararse para el futuro en vez de sentarse a llorar sobre el pasado, que busca una luz de optimismo en el panorama negro que nos pintan las tendencias actuales, este libro es para usted.
Si por el contrario usted cree que la solución es acabar con todos los “malos”, todavía no está preparado para leerlo. Probablemente tendrá que seguir en su empeño hasta que se dé cuenta de que no se puede acabar con todos los “malos”… y mientras lo descubre entenderá con dolor que asimismo los “malos” lo veían a usted como el “malo” y también los querían desaparecer a usted y a los suyos, y mientras más aguerrida era su lucha, más feroz era la respuesta de ellos.
Tal vez entonces, cuando se vea obligado a sentarse a llegar a un acuerdo, adolorido por las pérdidas y la miseria que le trajo la guerra… esté preparado para pensar en un enfoque económico creativo y diferente.
Ramiro Calderón
Consultor Empresarial
Sígueme en Twitter: @Ramiro_Calderon
Artículos y presentaciones anteriores del Blog Economía y Negocios en el Nuevo Milenio:
· ¿Por qué no funciona Transmilenio?
· El consejo más importante si quieres construir tu sitio web
· ¿Cuándo, la invención es mal negocio para el inventor?
· Cuando comprar a Hotmail parecía un mal negocio
· Lecciones de la Edad Media sobre los derechos de autor
· ¿Cuál es el principal activo en el Siglo XXI?
· ¿Quién es el culpable del desempleo?
· Cuando no vender a Facebook parecía un mal negocio
var sc_project=10214543;
var sc_invisible=1;
var sc_security=»4aede3c1″;
var scJsHost = ((«https:» == document.location.protocol) ?
«https://secure.» : «http://www.»);
document.write(«»);
statistics» href=»http://statcounter.com/»
target=»_blank»><img class="statcounter"
src=»http://c.statcounter.com/10214543/0/4aede3c1/1/»
alt=»website statistics»>
Comentarios