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Una larga enfermedad de un ser querido y la noticia recibida respecto a su condición terminal son una vivencia profunda que nos hace reflexionar respecto al sentido de la vida y el valor de todo lo que nos rodea, los amigos, el trabajo los familiares, las posesiones, el prestigio, la belleza, la naturaleza, la política, la patria, los enemigos, las realizaciones, lo que no hemos podido hacer etc.

Si es el padre o la madre el ser querido que va a morir o si es un hermano o un hijo o la esposa o el esposo o incluso la mascota, el proceso de acompañar día a día al futuro difunto es un asunto que genera unas reacciones extremas que van desde tomar con valentía y gran madurez psicológica  el acontecimiento hasta el escenario de los que no lo pueden manejar y pierden el control de sus sentidos y sus actos.

Finalmente llega el desenlace y se acaba la vida de ese ser querido…La tensión llega a su fin. Nos sentido agotados pero el peso de la tensión ha empezado a descender…Y hacer el duelo va a tardar días, meses o años…Tenemos que adaptarnos a la nueva vida con el vacio inicial que se siente y construir una nueva página en nuestra historia, arrancando de cero nuevamente, soñando con un futuro mejor y capitalizando las experiencias y enseñanzas que nos dejó la persona que partió, para honrar su memoria con acciones y hechos en nuestro  nuevo camino.

Las quiebras, los divorcios o separaciones son muy parecidas a lo que acabo de describir, son un proceso que inicia lento y luego toma velocidad, se van complicando las situaciones, se van cerrando las alternativas y las puertas, se va agotando el combustible de la empresa y de las personas, se va acabando el aire o las alternativas y las posibilidades de salir a flote…Es como sentirse acorralado, como en el ajedrez, jaque a la reina, jaque al rey…Es un proceso de muy alta tensión para toda la comunidad que rodea la empresa o la organización, o las personas…Todos los cercanos a la administración ven como se va acabando el tiempo y cómo a cada solución sale una traba y así día tras día la empresa lucha por sobrevivir los últimos momentos y su gente siente dolor y sufre de stress porque todos presienten lo peor y no saben que más hacer, no saben si deben, o deben huir o deben grita o maldecir… Allí es válido que la esperanza sigue viva hasta el último minuto y es precisamente cuando uno piensa en que no lo salva sino un milagro o un golpe de suerte.

La sensación debe parecerse a lo que siente quien ha caído en el mar y está agotado de nadar, sin nada que comer  la hipotermia lo va adormeciendo lentamente.

Cuando llega el momento la empresa se queda sin aliento económico, las deudas la agobian y vienen los bloqueos bancarios y la falta de efectivo, llega el “Jaque Mate” o simplemente lo que llaman la “sin salida”, el FIN.

A las personas les pasa lo mismo, no solamente en temas de salud, también en lo económico y en  la parte sentimental…Hay momentos de gran stress o de alta tensión, viene la pérdida y luego la catarsis necesaria para entender en calma lo que perdimos y aprender de lo positivo o negativo de la experiencia y desde luego tomar conciencia de lo que somos y de dónde estamos.

Hay muertes súbitas, relaciones que acaban en un segundo, los robos acaban económicamente una persona o una organización en minutos, muertes accidentales.

Bueno, un punto interesante es que casi nunca estamos solos, siempre hy alguien acompañando y aconsejando o dando valor. Desde luego hay muchos que se alejan porque les asusta estar cerca de los que viven estos grandes retos de la vida, se apartan bien sea por agüero o por autoprotección.

Y los que se salvan porque ese día no les tocaba?

Los milagros y la buena suerte existen y yo los he presenciado muchas veces.

He visto y yo creo que Ustedes también han podido presenciar, como en el último momento, cuando todo esta perdido, una persona se salva, otra se gana una lotería, una empresa es comprada por otra que aprovecha la oportunidad, un amor nuevo surge a primera vista, un mal entendido se aclara, alguien le da la mano al ahogado, la amenaza se acaba repentinamente y la vivencia es como un resucitar, es como ver la luz resplandeciente después del momento más oscuro, es la felicidad y el inicio de una nueva vida o de una nueva oportunidad!

Todo es posible y tenemos que estar preparados para manejar esos momentos retadores en la mejor forma posible, con altura, con inteligencia, con humildad, con valentía y con dignidad. Les dejo la reflexión

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