“Una persona que se siente culpable se convierte en su propio verdugo”, decía, el filósofo, orador y escritor romano, Seneca. La culpa es uno de los sentimientos con los que se permite manipular a los demás y que se ha convertido en una especie de control social para que nos portemos bien. O quizás es una forma de autocontrol con un costo demasiado elevado para un individuo. En las sesiones de coaching, uno de los temas que aflora en la agenda del coachee (temas o situaciones que desea trabajar el cliente) es el sentimiento de culpa, una emoción que podría ser natural en la existencia humana, pero que termina convirtiéndose en un lastre para el desarrollo de los individuos, debido a que existe un desconocimiento sobre su manejo saludable. Algunos psicólogos y expertos hablan de que la culpa busca castigo. Así que si una persona se siente culpable, su subconsciente (parte de la mente que graba todos los sucesos de un ser humano no percibidos conscientemente por el individuo, pero que pueden aflorar en determinadas situaciones o influir en su manera de actuar) buscará la manera de generarle situaciones que confirmen que se merece el castigo. “Es tan horrible, sentirse malo, inadecuado, o ruin que evitamos cometer cualquier cosa socialmente reprobable para eliminar el sentimiento de culpa que aparecerá a posteriori. El resultado es que te portarás bien, y hasta quizás seas un modelo a seguir, con tal de evadir ese terrible remordimiento que hará que te percibas como el peor de los villanos”, como lo señala mi amigo, el psicólogo, Walter Riso. La culpa te susurra por lo bajo: no estuviste a la altura, eres indigno, solo mereces lo peor, has traicionado los valores que te inculcaron, se esperaba otra cosa de ti, eres malo”. Es más los padres son unos genios para instalarle el sentimiento de culpa a un niño, cuando expresa sus emociones espontáneamente. Para manejar al pequeño, le dicen: si te sigues portando mal, no te dejaremos ver los videojuegos, u otras frases manipuladoras. La lista es interminable. Es verdad, que hay que educar a los pequeños, pero sin necesidad de meterle todas esas creencias limitantes que hemos heredado. No deja títere con cabeza La autoevaluación que surge de semejantes acusaciones es mortal para la autoestima, cuya sentencia es: “He fallado como persona”. ¿A quién se supone que les has fallado?. La culpa no deja títere con cabeza: a ti mismo, a tus ancestros, a tu familia y a tu patria, a tus amigos en fin… Recuerdo el caso de un ejecutivo con grandes cualidades y valores que lo acompañaba un sentimiento de culpa, constante. Se sentía culpable de lo que decía y no decía. Al trabajar descubrió que cuando era niño recibió muchas críticas de su madre y que esas voces aún de manera inconsciente retumbaban en su mente, como fantasmas. Comprendió que su esencia era única, que era un ser valioso, digno, útil y transcendente. A su vez, hizo conciencia de que las creencias de su madre, eran de ella, no de él y que tenía toda la libertad para pensar y actuar de manera distinta. Durante el proceso de coaching realizó un serio trabajo con su niño interior e hizo conciencia del poder del perdón, consigo mismo. cambio la manera de ver las cosas, desde su observador y transformó sus paradigmas. Como bien lo dice, Riso, “látigo en mano el que se cree culpable va por la vida, lastimando su esencia hasta aniquilarla” y por ende aniquilando la de los otros. Así las cosas, es saludable evaluar y asumir una responsabilidad adaptativa (equilibrada, racional y constructiva) o culpa (excesiva, originada en el miedo y orientada a castigarse uno mismo). Esta responsabilidad adaptativa implica aceptar el error o la falta, buscar la reparación del daño y actuar con empatía y preocupación honesta hacia el damnificado. La reparación es la responsabilidad adaptativa, es mucho más que pagar por el error, explica el psicólogo Riso. La consigna de una responsabilidad sana: “acepto mi responsabilidad, pero no me destruyo, no me insultó, no denigro de mi valía personal”. Cuando en realidad tengas la intención de lastimar a alguien, entonces busca ayuda profesional. Acá estamos hablando de aprender de los errores y trabajar en la sanación emocional del niño interior, de vivir una vida más sosegada y de aprender a amarnos, respetarnos y valorarnos. La pregunta del coach: giovannafuentes@yahoo.com ¿Eres consciente de que la culpa te sabotea la vida? ¿Qué te dices a ti mismo? ¿Eres un verdugo o más bien considerado y compasivo contigo? Coaching es un proceso profesional enfocado a sacar lo mejor de un ser humano. A partir de la primera sesión las personas encuentran resultados. Coaching no es para todo el mundo. Solo para aquellos que valoran su vida y desean trabajar de manera consciente en la sanación del ser interior. He tenido el privilegio de contar con clientes comprometidos que han transformado sus vidas..
En un mundo donde las interacciones sociales son dinámicas y la posibilidad de que surjan conflictos es normal, se debe estar al atento que no todas las personas actúan ni piensan de la misma manera, sino que hay unos personajes que quieren manipular a otros, bien sea por que...
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