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“Cada ser humano es el protagonista de su propia vida, puede ser que nunca lo hayas pensando, o que no haya tomado conciencia.   Pero eres el protagonista de tu propia vida.   No eres el único actor. La historia seria demasiado aburrida si lo fueras, pero eres el protagonista, el director de la trama.  Aquel de quien dependen  en ultima instancia todas tus cosas, aunque no eres autosuficiente, ,aunque no te bastas a ti mismo, eres responsable de todo lo que sucede contigo en más o en menos”, con estas palabras Jorge Bucay, el escritor argentino nos recuerda que somos ciento por ciento responsables de nuestra vida por acción o por omisión. 

 

En ese orden de ideas, entonces autodepender significa dejar de colgarte del cuello de otros como lo define el escritor.  Es obvio que cada individuo en el planeta necesitara de la ayuda de otros, para subir cada peldaño de la escalera llamada vida.  Pero es primordial hacer conciencia que en el interior de cada individuo habita una llave  para abrir la puerta en cada situación por compleja que sea y que solo la podrás abrir cuando te hagas cargo de tí mismo.     

 

Así que en este período propicio de reconciliación, en la época de navidad es cuando surgen en el corazón y en la mente de hombres y mujeres algunos interrogantes sobre ¿Cuál ha sido el balance del año?.   Pero para aquellos que no se lo han formulado, también podría ser la temporada ideal para mirar hacia adentro y tomar conciencia de su vida.   

 

Pero también llegan los cuestionamientos de lo que se ha hecho,  si se alcanzaron las metas o se perdió el tiempo, si se cumplieron los compromisos morales, laborales, con su pareja, hijos, padres,  estudiantiles en fin…   

 

Por estos días muchas familias se reúnen en torno a la tradicional novena.  Un acto simbólico que evoca la llegada del niño Dios, el salvador, el mesías.  Sin embargo, a veces podría pasar desapercibido el verdadero significado de esta tradición que nos invita a fortalecer nuestra relación con la divindad  y quedarse en la natilla y los buñuelos.  Para seguir transitando por el sendero de la ‘no conciencia’. 

 

Pero quizás, sea un época para hacernos las tres preguntas existenciales básicas de la humanidad, ¿Quién  soy? ¿A dónde voy? y ¿Con quién estoy?.  Autodependencia significa responder estos interrrogantes primordiales.    ¿Te los has formulado?

 

Pero para responderlos  hay que hacer un alto en el camino.  ¡Cuidado! con tratar de decidir ¿a dónde voy? según con quién estoy. ¡Cuidado! con definir ¿quién soy? a partir de ¿quién me acompaña?.  Un ser humano no puede definir su camino a partir de ver el de otro. Pero tampoco debes definirte a partir del camino que actualmente recorres.  

 

El asunto va más allá.  Eres tu el que definirá primero ¿Quién eres?.  Eres tu el que decidirá primero ¿Cuál es tu camino?.  Entonces será hora de preguntarte ¿Quién te acompaña?  Será hora de preguntarte ¿Qué harás?, dice Bucay.

 

Es verdad, nosotros en cada instante de la vida, decidimos que hacemos.  Tomamos decisiones por acción o omisión.  Ya que si no tomas decisiones, otros lo harán por ti.   La vida es una hermosa cebolla, envuelta de muchas capas.  Cuando descubres una, te quedan otras por abrir.  Pero hay hay habita el milagro de la incertidumbre.  

En ese sentido, los seres humanos a veces andamos por la vida, siguiendo la corriente.  Sin pensar hacia dónde nos dirigimos, con certeza.  Solo vamos como autómatas siguiendo el caminio de otros, pero sin elegir el nuestro.   

 

¿Quién soy? es una de las preguntas fundamentales de la vida, no obstante en la corriente no solemos hacernos esa pregunta. Pero si vivimos preguntandole a otros ¿quiénes somos?   ¿cómo nos vemos? ¿Si estamos bien vestidos? ¿ si nos sienta ese color?, ¿si fue apropiado aquello que callamos? ¿Si nos sienta bien aquello que dijimos? ¿ Si el jefe nos miró? ¿Si tenemos el carro apropiado? ¿Si cenamos en el restaurante chic? ¿Si elegimos el mejor sitio para ir de vacaciones?  etc…

 

Es cierto, que los seres humanos estamos demasiado acostumbrados a que los demás nos digan que hacer? o Cómo hacerlo.  Somos adictos a la aprobación de los demás.   Hace poco, un cliente o coachee,  se sentía mal porque no se entendía con su jefe.    La relación  era tensa y él no sabía como sentirse mejor y cumplir con las expectativas del otro.  Su jefe un personaje adornado de arrogancia e insensibilidad. Solo exigía, pero no daba.   Mi cliente era su mano derecha, un ejecutivo, eficiente, comprometido, responsable y  practicamente era el que cerraba y abría la oficina.    Sin darse cuenta, esta persona se había convertido en un esclavo.  ¿Pero de qué? 

 

Así que en el proceso trabajamos en su empoderamiento espiritual. Pero cuando habló de espiritualidad no es religión.   Es de su fe en sí mismo, de su amor propio, de su auto estima, de su carácter de su autodefinición como una persona digna, útil, capaz y transcendente teniendo conciencia de su chispa divina.

 

En otras palabras,  durante las sesiones de coaching, él descubrió y aprendió a confiar en sí mismo.   A no depender de la aprobación de los demás, el jefe, la esposa, los amigos, el enemigo, los vecinos, la lluvía, el sol, el clima, los extraños. A no ceder su poder, a conectarse con su SER superior.   

 

Mi cliente aprendió a soltar la adición por los demás y autodefinirse en cada momento de su vida.   Me ha contado que la relación ha dado un giro de 180 grados.  Dado que cuando tu cambias los demás cambian.  Confía en él.  Aunque sabe, que tal vez no podrá evitar las opiniones de otros.

 

Pero ahora tiene claro, que su autodefinición no depende de los demás.   A veces, la gente habla de los demás sin saber realmente quien es ese ser humano.    Pero cuando lo hace, esta hablando de sus propias frustraciones, de su historia de vida, de sus miedos, de sus dolores.  

 

Auqnue parezca complejo es hora de hacer conciencia de que somos espejos y que atraemos a nuestras vidas personajes para transcender en nuestra evolución como personas. Así que como espejos vemos en el otro aquello que llevamos dentro y necesitamos sanar.

 

Como lo menciona el escritor argentino, estamos demasiado acostumbrados a cederle nuestros ojos a los demás, para que nos miren y nos digan cual es nuestro propio criterio.  Como si todavía fueramos niños.  

A veces, cuando observó el comportamiento de los adultos en discusiones o situaciones difíciles,  veo a la niña o el niño que fueron.  En ese momento, para resolver esos asuntos podríamos acudir al adulto, coherente y responsable.     

 

Pero quizas insistamos en SER niños para no salirnos de nuestra zona de confort. Esa es una de las verdades que se nos olvida.  Así como Jesús fue niño, nosotros también. La diferencia es que el maestro en su vida adulta se comporto como tal, reconociendo su poder y su conexión con la divinidad.  Pero nosotros a veces, solemos comportanos como niños pataletudos para no enfrentar nuestras propias sombras.

 

Pero ser niño no es bueno, ni malo.   Tal vez, en nuestra vida muy tiesa y maja, necesitamos acudir en algunos instantes a  aquel, niño o niña que fuimos para ser espontáneos, auténticos y disfrutar de la vida.

Seguimos siendo, los bebés que fuimos, los niños que fuimos, los adolescentes.  Anidan en nosotros los niños que alguna vez, fuimos, pero este niño o niña, puede hacernos dependientes.  Es el niño que se adueña de nuestra personalidad porque estamos asustados, porque algo nos pasa, porque tenemos preocupaciones, porque tenemos miedo, porque nos perdimos de nuestra propia vida, como Alicia en el “País de las Maravillas” se perdió en el camino.    

 

Cuando esto sucede, la única solución es que un verdadero adulto se haga cargo del niño.  Así que es hora de descubrir que eres un adulto y hacerte cargo del niño que habita en ti.  Autodepender es enfrentar la verdad, con coraje.  No seguir mintiendote a ti mismo. Es declaramos capaces de aceptar la realidad tal como es.    

 

Entonces, aunque desees que la gente que tu quieras  te quiera, si eso no sucede,  sería sano reconocerlo.   A veces, las personas están al lado de alguién que no quiere estar con ellos, pero es cuando debemos comportarnos como adultos y elegir que no es sano estar al lado de quien no nos quiere.  Aunque sea doloroso.   Eso hace parte del amor propio.   Saber que estas contigo.  

 

No estoy invitado a promover el egoísmo, pero sí a amarnos y aceptarnos como somos, sabiendo que nadie nos define, nosotros nos definimos en cada instante de la vida.  Suelta la adición a los demás.  

Podrías pasar más tiempo contigo mismo, correr riesgos y hacernos responsables de nuestra propia vida.   Abandona la necesidad de culpar a otros y asume las riendas de tu vida, conquistando tu propia autodependencia, ocupando tu lugar en el mundo como persona.   Bien lo dice Bucay, no se nace siendo persona, se nace siendo ser humano.

 

Cuando somos personas reconocemos que ya no son nuestros padres, nuestros jefes, nuestros amigos, hijos, esposos, novios,  Gobiernos, y Naciones quien te Gobierna.  Eres tu el protagonista de tu propia vida.  Así que asume la responsabilidad de sanar tus creencias limitantes, reconciliarte con el pasado, agradecer tu presente y vivirlo intensamente. 

 

Tomar riesgos y si te equivocas,  aprenderás.  Si pierdes algo tal vez no lo pierdas, solo estas creciendo.   Cuando actuamos como somos, sentimos lo que sentimos y correr los riesgos que debamos correr y no delegar la responsabilidad de lo que hacemos es lo que determina que seamos una persona.  Eso nos compromete a defender nuestra libertad.  Pero para ello, tendremos que conquistar el lugar, el lugar de la autodependencia.

 

La diferencia entre un individuo y una persona

 

Ser una persona implica, ser capaz de concederse por lo menos cinco libertades de la autoestima, que Bucay define como las libertades imprencidibles del hombre.  

1. Me concedo a mi mismo el permiso, de estar y de ser quién soy en lugar de esperar que otros determinen en donde debería estar. .

2.Me concedo a mi mismo el permiso, de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.

3. Me concedo el permiso, de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo sí quiero, o de callarlo si es que así me conviene.

4. Me concedo el permiso a mi mismo  de correr los riesgos que yo decida correr con la que única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos. .

5.  Me concedo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me de el permiso para obtenerlo.

Así dejaras de exigirte, ser el que quieren los demás, el que quiere el jefe, la esposa (o) los amigos, los hijos, los padres, en fin…    Así que ¡atrevete! a ser persona.  

 

 La pregunta del Coach

 ¿Eres autoindependiente en realidad?

¿Eres adicto a la aprobación de los demás?

¿Qué tan consciente eres de tu poder interior?

¿Eres un ser auténtico o te cohibes por temor al qué dirán?

¿Eres el niño o el adulto?

 

 Giovannafuentes@yahoo.com

 

Qué es coaching. Una profesión enfocada a sacar lo mejor de cada ser humano. Un Coach se dedica a apoyar a los individuos para que cada uno descubra su propio brillo.   No necesitas un Coach te lo mereces!.    Muchas veces, inviertes en otras cosas materiales, pero se te olvida de darte el regalo más grande que se podría dar una persona, mirar hacia adentro de ti.  ¿Qué conversación te detiene para enfrentar tus sombras? .

 

¿Eres persona o un ser humano?

 

Ahora que me encuentro realizando mi certificación en coaching espiritual con la misma Escuela Internacional con la que me certifique como Coach de vida y empresarial,  me he encontrado con nuevos retos que me han permitido seguir evolucionando como persona.  Mientras estemos aquí en el planeta tierra, hay trabajo por hacer.  

 

La vida, me da mayores razones para amar mi profesión de Coach y Periodista.   Hoy, te invito a vibrar en el principio más alto de la vida, el amor.   

Aprovecha la temporada decembrina para planear tu 2015. “Taller Mapa de los sueños, el sendero de la prosperidad”.  

Para mayor información sobre los talleres personalizados, escribe a giovannafuentes@yahoo.com.

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