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A pesar de ser una de las medicinas alternativas más antiguas que existen, pocos han escuchado acerca de Ayurveda. Esta ciencia de sanación nació en la India hace más de 5.000 años y es un pariente cercano de Yoga que se enfoca en la sanación física y mental, y promueve el desarrollo de nuestra conciencia y la conexión con nuestro espíritu.
 
Ayurveda considera que cada persona es completamente única. En vez de ser parte de una estadística,
la persona recibe un tratamiento específico no solo según el estado de su cuerpo, pero también de su
mente y espíritu. Cada persona tiene necesidades únicas: si no aprendemos cómo manejar nuestros
desequilibrios estaremos propensos a la enfermedad.
 
Ayurveda también nos invita a reconocer la raíz de nuestros problemas de salud. Las dos preguntas
más importantes que prevalecen en la mente de un profesional ayurvédico siempre deben ser: ¿Cuál
es la causa del desequilibrio? ¿Qué modificaciones de estilo de vida lograrían revertir la enfermedad?
Por ejemplo, Pedro, quien padece síntomas digestivos crónicos, se podrá beneficiar al acompañar
sus comidas con un té de jengibre o con un antiácido herbal (o incluso farmacéutico). Sin embargo, si
Pedro no cambia los alimentos que ingiere, para que estos sean apropiados para él, si sigue comiendo
de manera inapropiada (siempre a toda prisa y sin masticar) y continúa combinando sus alimentos
de manera errada, su enfermedad realmente no sanará. Es esencial realizar un cambio de hábitos de
manera gradual y sostenible.
 
A nivel físico, Ayurveda se enfoca inicialmente en sanar el sistema digestivo. Esto es debido a que un
sistema digestivo débil conducirá a que nuestros tejidos sean débiles, e incluso creará inestabilidad
mental. Síntomas como la flatulencia, el estreñimiento, las heces sueltas, eructos, e hinchazón
abdominal, son señales de alerta que debemos escuchar para mantener nuestro sistema saludable. El
enfoque principal de Ayurveda está en la prevención, pero si se presentan síntomas específicos en otros
sistemas del cuerpo, cuenta con una gran variedad de herramientas para tratarlos.
 
Una de estas herramientas son los productos herbales. No solamente es importante que sean naturales
y libres de pesticidas, sino que deben ser prescritos de manera individual para alcanzar el mayor
potencial. Ya sean hierbas de la India o de las américas, estas medicinas herbales ayudarán a sanarnos
un poco más rápido pero si no se trabaja la causa de la enfermedad, no serán de mucho beneficio pues
los síntomas volverán a aparecer.
 
Otra herramienta muy valiosa consiste en las terapias corporales, las cuales pueden ser aplicadas con
el propósito de rejuvenecer o desintoxicar. Tratamientos como el abhyanga o masaje ayurvédico con
aceite, sincronizado con cuatro manos, relajan profundamente la mente y todos los tejidos del cuerpo.
Tratamientos específicos como la terapia de marma trabajan con el equilibrio energético, y otros como
los faciales ayurvédicos promueven la belleza y el bienestar.
 
En Ayurveda se dice que no solamente somos lo que comemos, sino también lo que olemos, lo que
 
vemos, lo que oímos y lo que tocamos. Es por eso que Ayurveda nos invita a cambiar no solamente
nuestra alimentación sino todo nuestro entorno sensorial de acuerdo a nuestras necesidades
personales.
 
No obstante, Ayurveda no se limita a la sanación del cuerpo. Un verdadero tratamiento ayurvédico
incluye la sanación de heridas y traumas emocionales, y se enfoca en el desarrollo de la conciencia. Es
aquí donde aprendemos una variedad de herramientas para manejar nuestras emociones de manera
responsable, donde incluimos técnicas de Yoga para promover el equilibrio mental, donde practicamos
meditación e introspección y donde se utilizan una variedad de herramientas para sanarnos a nivel
psicológico. Muchas de las enfermedades físicas son precedidas por desequilibrios mentales, por lo que
si queremos erradicarlas completamente, debemos sanar nuestra mente.
 
Las personas que comienzan un tratamiento ayurvédico observan cambios profundos en su salud
y su bienestar en todos los niveles, incluso identificando y trabajando con desequilibrios que no
reconocían inicialmente. Ya sea que la persona desee aprender cómo vivir de manera saludable según
sus necesidades particulares, o cuando ya hay una enfermedad específica, Ayurveda nos brinda una gran
variedad de herramientas y tratamientos para restaurar nuestra salud. Algunos comienzan recibiendo
un excelente masaje con aceite en un spa, otros desean aprender a dejar de fumar. Algunos quieren
profundizar en su práctica de Yoga, otros quieren aprender a manejar su diabetes o a prevenir el cáncer.
Sea cuál sea el caso, Ayurveda nos lleva a un camino donde aprendemos a sanarnos a nosotros mismos y a vivir en armonía con nuestro ambiente.
 
Santiago Suárez Rubio, C.A.S.
Especialista Clínico de Ayurveda
Publicado en la Revista Armonía

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