
Las bicicletas eléctricas se imponen en ciudades que no son planas
En cuanto a lo que ciclismo concierte, mucho se ha hablado sobre los espacios urbanos más amigables para practicar este deporte. La consultora danesa Copenhagenize, en su más reciente ranking determinó cuáles son las 20 mejores ciudades del mundo para andar en bicicleta. Todas con una misma característica: calles planas.
El listado lo encabeza Copenhague, destacada por la innovación y la inversión en infraestructura ciclista. Seguido por Utrecht, que resalta el diseño de la infraestructura debido al no ser “intuitiva para los visitantes”, lo acompaña Ámsterdam con altos niveles de ciclovías y espacios incluyentes para los ciclistas. Así como estas ciudades, otras como Estrasburgo, Malmö, Burdeos, Amberes, Liubliana, Tokio, Berlín, Barcelona, Viena, París, Sevilla, Múnich, Nantes, Hamburgo, Helsinki, Oslo, y Montreal se han destacado por la planificación urbana que ha permitido estos nuevos medios de transporte no motorizados.
Los medios de transporte no-motorizado como las bicicletas han sido un componente importante para la movilidad en las ciudades de hoy. Han sido elementos estratégicos para impactar la calidad de vida de los habitantes fortaleciendo el ejercicio físico, además de disminuir los vehículos contaminantes.
No obstante, en el ciclismo como deporte parece más fácil encontrar desventajas y barreras para su implementación, y la topografía es comúnmente una de ellas. Según lo afirman medios especializados en la materia aspectos como las empinadas lomas, influyen en desalentar a potenciales ciclistas urbanos, porque bajarlas puede resultar fácil pero el verdadero reto y problema es subir, especialmente al final de una jornada laboral.
Pese a esto, hay ciudades como Lisboa en Portugal o Medellín en Colombia, caracterizada por ser una urbe con valles y picos, que ha logrado ser un referente y epicentro del ciclismo en el país. La capital antioqueña año a año se ha proyectado como el escenario óptimo para realizar las carreras de más alto nivel. Gracias a elementos como la altura de los cerros, esta tierra ha formado a grandes ciclistas de talla mundial como Fernando Gaviria, Rigoberto Urán y Sergio Luis Henao.
La peculiar infraestructura urbana de Medellín tampoco ha sido impedimento para atraer otros medios de transporte como las bicicletas eléctricas. Son un medio de transporte seguro, ágil, económico y amigable con el medio ambiente que se abre paso en esta ciudad con inclinaciones.
Las bicicletas eléctricas son una alternativa de transporte de última milla que ha logrado el apoyo de instituciones y ciudadanía en general. Por su parte, la Universidad Eafit quiso bajar a los estudiantes, docentes y empleados del carro particular y para esto adquirió 50 de estos caballitos de acero para alquilarlos.
Actualmente, ya es común ver a estudiantes, ejecutivos y trabajadores recorriendo las avenidas, calles y ciclorrutas de Medellín en las llamadas bicicletas eléctricas o scooters. También es habitual verlas en sectores como el Parque Lleras y otros sectores icónicos de la ciudad.
Respecto a la capacidad que tienen para subir las lomas, las bicicletas han demostrado ser completamente funcionales en cualquier vía empinada de Medellín. Como por ejemplo las bicicletas eléctricas de esta marca, varios usuarios han demostrado que han disminuido hasta en un 50% los recorridos en estas ciclas con pedaleo asistido a comparación con las tradicionales.
La acogida de los vehículos eléctricos repunta cada día más. La Asociación Nacional de Movilidad Sostenible – ANDEMOS, en el marco de la más reciente rueda de prensa “Cómo vamos en Movilidad Híbrida y Eléctrica en América Latina”, indicó que Colombia se consolida como líder en vehículos totalmente eléctricos en América Latina; durante 2019 registró 923 unidades. La venta de vehículos tanto eléctricos como híbridos, incluidas las motos eléctricas, alcanzó 5,446 unidades el año pasado. Para el primer bimestre de este año también arrojaron variaciones positivas.
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