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¿Hacer o comprar?

Hoy que existe un particular interés por las cadenas de suministro globales, los mercados internacionales y en general, el futuro del trabajo, surge la pregunta sobre si una empresa debe producir internamente un bien o servicio («hacer») o adquirirlo de un proveedor externo («comprar») es fundamental en la estrategia empresarial. Esta decisión, conocida como la elección «make-or-buy», define los límites de la empresa y tiene un impacto profundo en su estructura y eficiencia. La Teoría de los Costos de Transacción (TCT) ofrece un marco analítico clave para entender esta disyuntiva.

El legado de Coase y el enfoque de Williamson

Ronald Coase, en su influyente obra «La Naturaleza de la Empresa» (1937), argumentó que las empresas existen para minimizar los costos de usar el mercado, tales como los costos de búsqueda, negociación y monitoreo. Oliver Williamson, a partir de la década de 1970, desarrolló aún más la TCT, identificando factores como la especificidad de los activos, la incertidumbre y la frecuencia de las transacciones como determinantes clave de los costos de transacción.

Ronald Coase
Ronald Coase publicó «La naturaleza de la empresa» en 1973

¿Qué implica la decisión «Make-or-Buy»?

La integración vertical, o «hacer», implica que una empresa asume la propiedad y el control de etapas sucesivas en la cadena de valor. Esto le permite internalizar transacciones y coordinar actividades internamente. Por otro lado, la subcontratación, o «comprar», implica adquirir bienes o servicios de proveedores externos a través de transacciones de mercado. La TCT sugiere que la elección entre estas opciones depende de cuál minimiza los costos totales, incluyendo tanto los costos de producción como los costos de transacción.

Factores clave que influyen en la decisión «¿Hacer o comprar?»

Integración vertical

Especificidad de los activos

Se refiere al grado en que una inversión pierde valor fuera de su uso específico. Una alta especificidad favorece la integración vertical para proteger las inversiones. Por ejemplo, la producción de ciertos componentes automotrices a menudo requiere moldes, herramientas y maquinaria altamente especializados, diseñados para fabricar piezas específicas para un modelo de automóvil en particular. Estos activos tienen un valor significativamente menor fuera de esa relación específica con el fabricante de automóviles.

Por supuesto, en las condiciones actuales del mercado global, es importante mirar estratégicamente el grado de especificidad de los activos incluyendo las capacidades de los proveedores, la competencia en el mercado, la naturaleza de los contratos y las relaciones entre las empresas, y las consideraciones estratégicas relacionadas con las competencias centrales y la innovación.

Incertidumbre como factor para determinar si hacer o comprar

La imprevisibilidad en las transacciones puede aumentar los costos de contratación. La incertidumbre conductual (oportunismo) tiende a favorecer la integración, mientras que la incertidumbre tecnológica puede favorecer la subcontratación. Como el caso de una empresa en la industria electrónica que necesita un software especializado. Si esta decide desarrollar el software internamente, correría el riesgo de invertir en una tecnología que pronto podría quedar obsoleta.

La tecnología del software está evolucionando rápidamente, con nuevas versiones y características que aparecen con frecuencia. Además, tendría que mantener un equipo de desarrollo de software actualizado con las últimas tendencias, lo que podría ser costoso y requerir mucho tiempo. En este caso, la incertidumbre tecnológica favorece la subcontratación.

Frecuencia

La frecuencia de las transacciones afecta la amortización de los costos fijos de gobernanza. Las transacciones frecuentes pueden justificar los costos de la integración vertical. Consideremos una empresa manufacturera que necesita un tipo específico de mantenimiento para su maquinaria. Si este mantenimiento es requerido de forma esporádica, tal vez una o dos veces al año, la empresa probablemente optará por subcontratar este servicio a un proveedor externo especializado.

Esto se debe a que los costos de establecer un departamento interno de mantenimiento, con personal capacitado y equipos especializados, serían demasiado altos en comparación con el beneficio de realizar internamente un servicio poco frecuente.

Evidencia empírica sobre ¿Hacer o comprar?

La investigación empírica generalmente respalda la TCT, con la especificidad de los activos como un fuerte predictor de la integración vertical. Numerosos estudios, desde investigaciones pioneras en la industria automotriz y aeroespacial hasta análisis en diversos sectores, han demostrado que las empresas tienden a internalizar las actividades que requieren inversiones más específicas.

Oswaldo Toscano. Consultoría estratégica. 

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