Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

En el papel las cosas parecían fáciles cuando Ana María Osorio heredó de su madre Pastorita el restaurante Sayonara, en Pereira. Pero no era así. No solo era unificar una marca sino que había que renovar procesos, pero la labor se tornó compleja porque muchas de las personas de la empresa veían a la niña hija de la dueña y no a una líder. Pero había que hacerlo, tomar las riendas del negocio y seguir adelante.

Pastora Cortés de Osorio y su hija Ana María

Pastora Cortés de Osorio y su hija Ana María.


“Cuando entré, el primer reto era encontrarme con las personas que trabajaban con mi mamá en Sayonara. Ellas me habían visto crecer; era como si la niña de Pastorita llegara al negocio de la mamá a pedir fresas con crema y no a ser la jefa. Cada que intentaba implementar algo, me decían: ‘Pero su mamá nunca dijo eso, pero su mamá me regaló una casa, pero su mamá tal cosa y tal otra’. Era difícil”, menciona Ana María.

Sabía que sin formalizar los procesos y sin tener un buen control, la empresa nunca crecería y en un momento dado se iría a pique. Ahí entendió la importancia de consolidar un equipo de trabajo donde todos entendieran para dónde iba la empresa y cuáles eran los objetivos. Buscaba alcanzar nuevas metas sin descuidar lo construido.

“A mí me daba pena decirles cualquier cosa de la cocina porque para esa época no creía tener autoridad. Entonces contraté un ingeniero de alimentos para que me ayudara, para que pusiera orden, para que las regañara por dejar la cocina sucia o por no seguir los procedimientos. Él ponía la cara de autoridad y yo detrás de él, escondida, daba las órdenes”, agrega Ana María.

Juan Camilo Arcila era el encargado de hacer cumplir los procesos que estaba implementando Ana en Sayonara con las buenas prácticas de manufactura. Todas las trabajadoras protestaban en ese entonces, incluso cuando se les pedía lavar bien sus manos con frecuencia. Decían que no había tiempo para esas cosas porque estaban haciendo las preparaciones. Sin embargo, y gracias a la paciencia y trabajo de Ana María y los regaños de Juan Camilo, las normativas se empezaron a cumplir y la empresa tomó más vuelo, hasta el punto de ser hoy una excelente cadena de restaurantes con locales propios en diferentes zonas de Pereira y centros comerciales del Eje Cafetero.

Luego vino un obstáculo más para la nueva propietaria: una de las administradoras, que llevaba más de 20 años con ellos, se retiró. Era una de las mejores aliadas de Ana porque sabía cómo manejarlo todo y sentía que sin ella estaría un poco perdida.

https://www.instagram.com/p/BohS0HYDAbw/?utm_source=ig_web_copy_link

Aprendizajes de la competencia

La recién retirada decidió montar su propio restaurante en Armenia, exactamente igual a Sayonara, según relata Ana María. Tenía la experiencia de haber trabajado con Pastorita y conocía las innovaciones que quería implementar su hija. Eso sin mencionar que sabía todas las recetas y demás secretos de ese momento.

“Fue muy angustioso. La veía como una amenaza muy grande porque conocía todos mis secretos. Ahí el primer aprendizaje y uno de los más importantes que tuve, fue que una marca tiene muchos ingredientes. Los ingredientes de los productos y las fórmulas se encuentran en Internet, pero hay cosas que van mucho más allá, como los valores y la cultura organizacional, que hacen que los negocios perduren en el tiempo”, explica Ana.

Al principio fue complejo adaptarse, pero todo se fue dando. En la actualidad tienen una rotación de personal muy baja porque todo está pensado para crecer como familia y empresa. Quienes viven los valores de la marca y su cultura, se quedan para siempre. Ana María ha ido madurando a medida que la empresa se fortalece, y ese es el proceso de todo emprendedor, que con humildad y trabajo entiende que cada día hay que mejorar y trabajar por los objetivos planteados.

Una mujer con intuición y sensibilidad

Ana María es pura pasión que detona la estrategia de progresar siempre. Su intuición y sensibilidad han hecho que sea asertiva con cada cosa que emprende. Prueba productos y si le gustan, los lanza. No planifica tanto como lo hacen muchos otros gerentes. Ella cree en ese sexto sentido que la ha llevado a ser exitosa. Aunque en un principio la hizo pensar que iba derecho a la quiebra:

“Cuando empecé yo no tenía ningún ‘pedigrí’ empresarial. No sentía que Sayonara fuera la gran marca, no dimensionaba el tesoro que tenía en mis manos. La primera semana en el nuevo local eso era solo y yo creía que me iba a quebrar, ya había pensado a quién venderle todos esos equipos. Pero unos días después la gente decía: ‘¡Estos son los mismos de las fresas con crema de la Avenida 30 de Agosto!’, y fue muy emocionante ver cómo la gente reconocía la marca”, relata Ana María.


Hasta acá un fragmento sobre Sayonara, una de las 15 empresas que están en el libro Historias de Negocios Altamente Inspiradoras –Eje Cafetero- que será presentado oficialmente este próximo jueves, 9 de mayo, en Unicentro Pereira, a las 6 de la tarde, en un evento en el cual estarán los protagonistas del libro y se espera la presencia de emprendedores y empresarios de la región. La entrada es libre y gratuita, sin necesidad de inscripción.

Las otras empresas que están en el libro son Frisby, Almacén ParísSumatec, Audifarma, Cirumax, Chevrolet Caminos, Coordinar Seguridad, Belt, Berhlan, Efigas, Empresa de Energía de Pereira, Cloudlabs, Juancamole, PMI Proyectos e Ingeniería y Busscar Colombia.

Sigo siempre muy atento sus comentarios a mis publicaciones y las sugerencias de temas e invitados para mi programa de televisión Negocios en Tu Mundo, para este blog y para nuestra colección de libros Historias de Negocios Altamente Inspiradoras.

Estos son mis datos para que me encuentren fácil: juany@agenciastm.com y mis redes sociales: Linkedin, Twitter, Facebook e Instagram.


En este video del programa Negocios pueden ver una entrevista con Ana María y su madre Pastorita:

 

Compartir post