
Navegar en un mar de datos: cómo empoderar a los líderes empresariales con información y tecnología
Por Claudia Boeri, Presidenta Región Multi-País de Latinoamérica y el Caribe (MCLAC).
Cada día, las organizaciones generan volúmenes colosales de información. Desde pedidos de clientes y métricas financieras hasta informes de recursos humanos y correos electrónicos, los datos se acumulan a un ritmo imparable. Sin embargo, gran parte de este valor potencial permanece oculto, distribuido entre sistemas desconectados y sin un hilo conductor claro que lo transforme en conocimiento útil.
En un entorno cada vez más impulsado por la inteligencia artificial, los resultados que esta puede ofrecer dependen directamente de la calidad y disponibilidad de los datos que la alimentan. Las empresas que lideran sus industrias no lo hacen solo por adoptar tecnologías de vanguardia, sino porque logran integrar sus aplicaciones, procesos y datos en una misma visión coherente, lista para escalar con ayuda de la IA.
No obstante, la realidad es distinta para muchas organizaciones. Una reciente encuesta de IDC muestra que las organizaciones están gastando hasta un 50% de su presupuesto total de TI en entender y dar sentido a los datos dispersos. Y lo más alarmante es que, para muchas empresas, el crecimiento de los datos supera su capacidad de analizarlos o aprovecharlos estratégicamente.
El costo oculto de los silos de información
Este fenómeno genera un problema empresarial profundo: los silos de datos. La falta de armonización entre formatos, fuentes y plataformas no solo aumenta los costos, sino que actúa como un freno a la innovación. Cuando las decisiones no se basan en información confiable, o se toman con datos incompletos, las oportunidades se pierden y los riesgos se multiplican.
A medida que los volúmenes de información crecen, también lo hacen los desafíos operativos. Muchas áreas de TI deben dedicar equipos completos a construir, mantener y supervisar flujos de datos que suelen fallar por cambios en las necesidades del negocio. Estos puntos de falla se traducen en riesgos y decisiones que podrían haberse evitado con una visión más integrada.
Hoy, más que nunca, los líderes empresariales necesitan acceso a información actualizada y contextual. Pensemos, por ejemplo, en el rol de un director financiero. En un mercado volátil, su capacidad para anticipar el impacto de variables como la inflación depende de sistemas que integren datos financieros y no financieros, junto con señales externas como indicadores macroeconómicos o percepciones del mercado. Solo así pueden realizar simulaciones en tiempo real y orientar con precisión el rumbo de la empresa.
Desde el área de recursos humanos, el panorama no es menos desafiante. Comprender la composición de la fuerza laboral, sus niveles de diversidad o las brechas de habilidades requiere de una integración fluida entre los sistemas de personas y herramientas analíticas. Con esa base, al combinar el poder de la Inteligencia Artificial con datos, los equipos de gestión humana se convierten en actores clave para anticipar necesidades, desarrollar habilidades críticas y tomar decisiones informadas sobre la fuerza laboral. Esta integración tecnológica no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también impulsa la agilidad empresarial en un entorno donde atraer, retener y empoderar al talento es más crucial que nunca.
Por ello, ya existen empresas que adoptaron una nueva visión del capital humano apoyada en tecnologías como los agentes de IA generativa, el aprendizaje automático y el análisis predictivo. Con estas herramientas no solo buscan automatizar tareas administrativas, sino también respaldar decisiones complejas, como la identificación de habilidades clave, la definición de trayectorias de desarrollo o la predicción del riesgo de rotación.
Ahora bien, el impacto de estas prácticas no se limita a unas pocas áreas. Cuando una empresa logra conectar sus datos y extraer valor a partir de ellos, cada función puede beneficiarse. Más allá de la tecnología, se trata de una transformación cultural. La clave está en cerrar la brecha entre los datos técnicos y las decisiones estratégicas. Y eso solo es posible cuando la información se presenta de forma clara, comprensible y accionable para los equipos de negocio.
Ejemplos de empresas globales que han apostado por esta visión muestran cómo, al armonizar sus datos y ponerlos al servicio de la innovación, han logrado tomar decisiones más informadas, anticiparse a los cambios del mercado y fomentar una cultura organizacional más resiliente.
El verdadero valor de los datos: construir el futuro desde hoy
En la era de la inteligencia artificial, los datos ya no son un subproducto de la operación. Son la base sobre la que se construyen la resiliencia y la innovación. Apostar por sistemas que conecten datos dispersos y los conviertan en herramientas de decisión es una inversión estratégica. No se trata solo de optimizar recursos, sino de liberar el verdadero potencial de la información para transformar la forma en que las empresas crecen, se adaptan y lideran en sus mercados.
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