Por: Andrés Alejandro Rodriguez Lozano – Investigador Analista RADDAR CKG.
Motivado por el tema recurrente, que se trata a diario y recientemente entre los compañeros del grupo de trabajo, y por la caída en la frecuencia del gasto de los hogares colombianos en bienes durables, decido hacer uso de este espacio para disertar frente a la compra de automóviles nuevos o usados; esto abarcando el mantenimiento y demás problemas que se le ha presentado a algunos que poseen vehículos o están muy próximos a adquirir uno.
Y es que me centro en la incertidumbre que se presenta en el momento de negociar un automotor de segunda mano, con todos los posibles problemas y beneficios que estos poseen; ahí recordé aquel famoso documento de economía, escrito por el estadounidense George Akerlof, considerado por muchos como el padre de la economía de la información, en este se exponía en 1970, las dificultades que se presentaban en el mercado de autos usados en ese país, frente a las asimetrías de información a las que están expuestos los compradores en el momento de negociar con el vendedor o con un concesionario de estos vehículos el precio, las condiciones de compra y el estado físico del vehículo.
Estas condiciones de incertidumbre presentarían a los compradores un gran riesgo en el momento en el cual se deciden por la adquisición de carro de segunda mano, específicamente en lo que respecta a la dificultad para conocer el estado real en el que se encuentra el auto de su agrado; esto sin duda se hace presente inclusive aún en conocedores de vehículos de gran bagaje. Estas dificultades, en resumen, hacen que el precio promedio de carros sea menor al esperado por los propietarios de estos con características similares, en cuanto a modelo, estado aparente, comodidades, equipamiento, etc. Lo que sacaría del mercado a los mejores coches que están siendo vendidos.
Aun frente a un precio muy bajo, los propietarios que han mantenido sus bienes en óptimas condiciones, realizando buenas revisiones e invirtiendo dinero en las piezas que el coche requiera, deciden mantener en su poder sus automotores, pues sienten que el precio es bajo frente a lo invertido y lo que esperan recuperar. Lo que dejaría al mercado, lleno de cacharros sobre valorados, a los que sus dueños tramposos pueden ofrecer a un precio más alto del que esperarían obtener debido a las condiciones de su vehículo.
Después de entablar varias conversaciones sobre la compra de vehículos usados, sabiendo que muchos se inclinan por adquirir un automóvil nuevo, sin vicios ocultos o problemas a corto plazo, se debe resaltar que los inconvenientes de selección adversa por los cuales Akerlof recibió junto con Stiglitz el premio Nobel en el año 2001 se han venido sobrepasando gracias a el acceso a la información y medios de comunicación. No es un secreto que todos, en ocasiones nos sentimos sabios respecto a los mecanismos y elementos que poseen los vehículos, gracias a que podemos instruirnos usando el conocimiento disponible en internet.
Por otra parte la facilidad para conocer ofertas y realizar comparativas entre vehículos con características similares que encontramos en buscadores online nos permite acceder a muchos detalles de las condiciones e historial de los vehículos que los propietarios tramposos, que están interesados en deshacerse de coches problemáticos no quieren que los futuros compradores conozcan. Es fácil acceder a mecanismos de verificación de documentos y estado mecánico y de latonería en el momento de querer ser propietario de un vehículo de segunda mano. Generalmente estos procesos no toman mucho tiempo, las compañías aseguradoras los ofrecen por sumas de dinero realmente bajas comparadas con el valor comercial y los futuros gastos que tendría el dueño potencial de no tener precauciones en el momento de la compra.
De esta manera, la motivación de este texto no se centra en dejar a un lado el mercado de los autos usado, sino en incentivar al lector a convertirse en un comprador precavido, de los que preguntan toda la información y detalles del vehículo que desea comprar, de los que no se deja llevar por los tentadores precios bajos que podrían resultar en grandes pérdidas de dinero. Los vendedores deben acceder fácilmente a las revisiones mecánicas y legales que desee realizar el cliente antes de tomar una decisión. Recuerde que como cliente tiene la razón, como dicen: “el que nada debe, nada teme” y finalmente no se adelante a tomar una decisión de compra con el primer vehículo que observe, como en muchos mercados y situaciones, el mar está lleno de peces y probablemente su automóvil soñado esta en las manos de un excelente dueño que lo trato como se merecía y que ha decidido ceder su bien más preciado a alguien que sepa cuidar las cosas que usará a diario.
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