Por Lida Alejandra Acosta Bulla, Investigadora Junior RADDAR CKG.
Estos días el Ministro de salud, Alejandro Gaviria comunicó a los medios los resultados de la Encuesta de Situación Nutricional del Colombia (ENSIN) 2015; dentro de los principales resultados se destaca el aumento de la tasa de sobrepeso en personas adultas del 32,3% en el 2005 a un 37,7% en el 2015; esto supone que alrededor de 7,3 millones de personas padecían de sobrepeso para el 2005, aumentando para el 2015 a 10,3 millones de personas, lo que significa el 20% del total de la población Colombiana. Así mismo, la obesidad paso del 2005 de un 13,7% a un 18,7% en el 2015, un aumento de 2 millones de personas; Esto solo refiriéndose a personas adultas. Para el caso de niños entre los 5 y 12 años en el 2005 se registraban alrededor de 18,8% de niños con sobrepeso, es decir 1,3 millones de niños; que pasaron a ser 1,6 millones de niños para el 2015 representando el 24,4% del total de niños entre los 5 y 12 años de edad.
Ante semejante situación, el ministro como es de esperarse, resaltó la necesidad de elaborar instrumentos de política pública para combatir este creciente problema de salud, que a largo plazo en términos de presupuesto genera un mayor gasto dado el desarrollo de enfermedades como la diabetes y problemas de hipertensión a causa del sobrepeso que aumentan el costo en los tratamientos y en general en la sostenibilidad del Sistema. Esto ha conllevado a que algunos analistas pongan sobre la mesa diferentes propuestas, dentro de las cuales se encuentra, el tan mencionado impuesto a las bebidas azucaradas en la anterior reforma tributaria. El problema en la implementación en esta medida es la constante lucha entre la ciencia a favor de la salud pública y la industria, una permanente lucha que refleja el poder que tienen las industrias de alimentos procesados dentro de las decisiones de política a tal punto de ocultar los efectos que producen el azúcar dentro del organismo tan como lo revelo la Universidad de California.
Al observar la industria del azúcar en relación con jugos procesados, gaseosas y maltas se observa que este mercado representa en promedio un 1.16% del total de ingresos de los colombianos para el 2017 y el 3,5% del gasto en alimentos. Esto quiere decir que las personas realizan una mayor asignación de sus ingresos a la compra de bebidas azucaradas que la que realizan en la compra de tubérculos y plátanos, pescados frescos o huevos. Solo en el 2016 el mercado de Bebidas no alcohólicas registro un tamaño de 588 mil millones de pesos sin contar por supuesto otros productos con azúcar.
Lo cierto es que ahora, la industria azucarera va ganado la pelea, por un lado puja a su favor en los procesos ante la elaboración de medidas sancionarías y por el otro lado ofrece productos cada vez más económicos al mercado. Las tasas de sobrepeso aumentan con el pasar de los años, los niños son los más propensos al consumo de este tipo de bebidas y productos con un alto contenido de azúcar y son ellos en los que debemos pensar a la hora de formular medidas sancionarías a esta industria.
Comentarios