Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Por Juan Pablo Sánchez – Gerente de Operaciones/ Director de RADDAR Malls

Bogotá en su condición de capital se considera como el gran centro de provisión de bienes y servicios del país como lo denota el Banco de la República; esto ha generado que la ciudad se haya convertido en el lugar atractivo para la población de otras ciudades que ven en Bogotá no solo el lugar adecuado para cumplir con sus sueños y metas, sino que también resultaba un espacio atractivo para pequeñas y grandes empresas internacionales que buscaban crecimiento, situación, que hoy en día no se percibe igual a  como hace unos cuantos años.

Ocho millones de personas se concentran en Bogotá, diciendo con esto, que estamos ante una población actualmente que representa el 19% del total del país, este importante porcentaje de personas, siente hoy que las condiciones económicas y las expectativas de Bogotá no son lo que anteriormente eran y están lejos de lo que fueron.

El afán de todo los días, la innumerables obras viales que nunca terminan la concentración del poder del país con todos sus problemas de corrupción, una alcaldía que todos los días se levanta con la zozobra de no saber si ese será su último día de trabajo, han ayudado a generar un desenamoramiento de gran parte de los capitalinos por su ciudad, evidente esto en que la gente tiene en desmedro la pertenencia y la pasión por la ciudad, como quizá, lo tuvo antes.

El desenamoramiento de muchos de los Bogotanos ha generado que las cosas no anden bien y que la economía camine a media marcha; situación que no puede seguir siendo así, básicamente porque se frenaría mucho más el progreso de la ciudad, lo cual, sin duda va en detrimento del país. Esto afectará el crecimiento de la economía nacional, en tanto que esta puede empezar verse perjudicada, dado que la ciudad explica el 26% de lo que pasa en el país, en conclusión sí la economía bogotana se sigue frenando, como hasta el momento está pasando, veremos un impacto fuerte de ello en el crecimiento de la economía nacional.

Si hablamos de la micro economía los hogares bogotanos que luego de 12 meses pudieron volver a ver cifras  positivas en cuanto al gasto, estas cifras, llevan 4 meses consecutivos mostrando positivos. cifras que pueden resultar alentadoras pero que del todo no son muy ciertas, si bien los gastos en Bogotá se recuperaron, esta recuperación que se está generando, está siendo impulsada por condiciones estadísticas y matemáticas y no por un  crecimiento en la disposición de comprar y consumir de más de los bogotanos.

El último mes dejo ver que los bogotanos alcanzamos en términos reales un crecimiento del 1.5% respecto al crecimiento alcanzado en el mismo mes del año anterior, que si nos quedamos con esa sola percepción sentiríamos que en septiembre los hogares capitalinos pudieron comprar en promedio una cosa y media más que el año pasado,  si bien la condiciones han mejorado los números positivos que se están generando en los últimos meses, estos se dan básicamente por que el año pasado el costo de vida era de casi el doble de lo que es hoy en día, lo que demuestra que ese crecimiento es más por la reducción de la inflación y no por una inyección de los hogares en sus gastos,  sumado a eso las cifras que se registraron el año pasado durante ese mismo periodo fueron negativas y al compararse con ese comportamiento el resultado se vería mejor.

En el raciocinio al momento de realizar los gastos los bogotanos se ha vuelto mucho más grande: El capitalino ha entendido que frente a la crisis y la incertidumbre lo mejor es solo recurrir a las compras frecuentes (Alimentación, vivienda, educación) sin con esto decir, que esté pagando más por alimentos o que este adquiriendo más servicios; el bogotano está comprando por básica necesidad, y está muy predispuesto a comprar en categorías o en cosas que necesiten de un mayor desembolso por el miedo y la incertidumbre de no saber que pasara con la económica local.

En  este escenario de incertidumbre ha tenido mucho que ver también el comerció, que en el afán de las ofertas no ha pensado en ayudar a incentivar el consumo y el gasto de una manera inteligente y realmente innovadora, por el contrario las ofertas en los principales lugares de comercialización siguen siendo las mismas, los descuentos, empaquetamientos, bonos recompra  siguen siendo la estrategia comercial.

La economía capitalina como muchas es muy emocional, el bogotano sigue triste, decepcionado desanimado sin identidad y pertenencia; el capitalino ya no le importa que pasa con la ciudad, el recuperamiento de la ciudad no debe ser únicamente económico. En Bogotá necesitamos volver a tener un motivo, el cual, cree identidad, reconocimiento y diferencial a otras ciudades.

Compartir post