Por Juan Pablo Sánchez Gerente de Operaciones RADDAR CKG
Las últimas noticias y los diferentes titulares de los medios de comunicación que nos influyen continuamente, no hacen cosa distinta que develar un panorama de la economía casi siniestro, lo cual, no ha hecho en el consumidor más que generar un sin número de incertidumbres y desconfianzas que han derivado en que los hogares colombianos no gasten más de lo necesario.
La percepción que tienen los hogares de que la situación de la economía es crítica, radica sencillamente en que al colombiano no le gusta pagar más por lo que debe pagar por obligación, me explico mejor, el tener que pagar más por los mismos servicios públicos o tener que pagar más por los alimentos o la canasta cotidiana genera esa sensación de que todo está mal y que todo está carísimo.
Partiendo de esto, bien vale la pena decir que el “tigre no es como lo pintan”, quiero contarles que según el análisis constante que hemos venido haciendo de la situación; está, aunque compleja, no es una historia de terror para los hogares y las personas; básicamente porque el final este nuevo proceso, como todo parto, deja cicatrices; y política y económicamente nos deja ver un par de dificultades que tenemos, pero no por ese cambio de reglas, es menester decir, que los hogares han dejado de gastar más este año.
Es claro que se ha frenado el gasto de los hogares; y lo primero que ha desmotivado este es la sensación de que todo está caro, más aun, cuando nos están obligando a pagar más por los productos fundamentales como alimentos o servicios, sin embargo, el crecimiento en categorías como entretenimiento nos hace preguntarnos ¿cuándo han visto que un colombiano indique que toda la economía está mal porque los precios de los IPhone han incrementado más que antes?, ¿cuándo un colombiano quiero algo que no compra regularmente no le importa en cuanto ha cambiado el precio de ese producto en los últimos años?, el consumidor colombiano lo que quiere es comprar ese producto porque esa compra le genera satisfacción y auto realización, compra con el deseo, compra para cumplir sueños y compra para construir bienestar para él y los suyos. Sin duda, las compras matutinas no generan esas sensaciones.
Otro jugador que ha desmotivado el gasto de las personas, lamentablemente ha sido el mismo comercio, que en los últimos meses ha debilitado fuertemente la confianza que existe entre el comprador y el consumidor y los establecimientos comerciales, basta recordar todo lo que hemos visto en torno a campañas publicitaras engañosas o con descuentos inexistentes.
¿Por qué decir que los hogares y las personas en general si tienen dinero y no están tan mal como queda flotando en el ambiente?, las personas en los últimos meses ha reducido el tamaño de sus créditos significativamente, los hogares entendieron que lo que esta costoso son los productos comunes, mientras que algunos servicios como viajes, turismo, comidas fuera del hogar y servicios de entretenimiento no están tan afectados por la inflación, o que simplemente en estas categorías el consumidor desarrolla altos niveles de satisfacción y no le interesa el precio, mientras que ahí se cumpla con sus expectativas y deseos.
La gente entendió que en el entretenimiento pueden encontrar grandes beneficios con desembolsos muy pequeños y con una alta frecuencia, es ahí donde las otras categorías que están perdiendo peso en el gasto de las personas pueden aprovechar y atacar para recuperar ese cliente que siente miedo de gastar en ellos.
Porque no pensar en que la compra de vestuario se convirtiera en toda una experiencia, permitiéndole al cliente poder interactuar con el proceso de elaboración de las prendas y mostrándole la versatilidad del uso de las mismas en diferentes espacios, o si en el sector automotriz entregamos al cliente la experiencia de equipado de carro a su gusto, personalizándolo de tal manera que ese carro sea único en las calles.
El involucrar al cliente en una experiencia de compra total puede generar que se produzcan vínculos entre las marcas y los clientes muy fuertes y duraderos, sin duda y en conclusión, la clave está en dejar de vender bajo los mismos modelos de siempre; este puede ser el primer paso para reactivar nuevamente el gasto en las categorías en donde progresivamente se ha presentado decrecimiento.
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