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Por  Alejandro Rodríguez Lozano

Investigador Junior RADDAR CKG

 

La reforma Tributaria se dio a conocer desde el año 2014, pero a finales del año pasado empezó a ser realidad un cambio en el monto de las aportaciones impositivas que los colombianos hacemos al Estado. Se decía que el país necesitaba una reforma, la baja en las cotizaciones del petróleo, que lo llevó a precios de 25 dólares por barril en septiembre de 2015 generaron déficit en el gasto, debido a que las cuentas del gobierno habían sido proyectadas con ventas con el barril de petróleo cercanos a los 100 dólares. Esto unido a déficit en el recaudo fiscal, presente por la evasión de los contribuyentes y las débiles legislaciones hacia los evasores que prefieren ahorrarse el pago de impuestos, pues las repercusiones legales eran casi inexistentes.

Para el colombiano de a pie ha sido un shock tener que destinar una parte de su ingreso en financiar al Estado, que tiene proyecciones de gasto para el presente año más altas que el año anterior. Muchas personas comentan que el alza en el precio que perciben por sus productos es culpa del Gobierno por generar ese incremento en el IVA que no es el único cambio en la reforma Tributaria, pero que es el más visible por los ciudadanos y por el que más se quejan sin entender completamente los efectos que esto tiene en sus vidas, aunque pienso que los colombianos están sobrereaccionando a efectos poco comprendidos de una medida “necesaria” para sostener el sistema burocrático y el accionar del gobierno a sus habitantes, que finalmente se están dando cuenta que las dotaciones del Estado son financiadas por su propio bolsillo.

La reforma Tributaria se convirtió en una realidad pasado el 20 de diciembre de 2016, entraría a regir a partir del primero de enero de 2017, dando un mes para implementación y modificación de los métodos de recaudo para las grandes superficies y las empresas en general. Este acontecimiento fue tomado por muchas empresas como una oportunidad para promocionar y aumentar las ventas de sus productos, otorgándole a los consumidores un “descuento” del 3% del valor del producto haciendo referencia a los 3 puntos que subiría el IVA plenamente a partir del primero de Febrero; otras empresas vienen ofreciendo menores precios en los tiquetes de avión mientras entra en vigor la reforma, y muchas otras usan la sensación de temor e incertidumbre de las personas para aumentar sus ventas.

Pero no todo es malo con la reforma, algunos productos están exentos de IVA, lo que ayuda a las empresas a ser tácticos a la hora de optimizar sus mercados. Veamos como ejemplo específicamente el caso de los celulares de menos de 700 mil pesos: estamos hablando de smartphones gama media y baja,  apreciados por los usuarios y que permiten alta rotación en las compras, básicamente porque pueden ser altamente funcionales y de fácil recambio  porque los botamos constantemente; y atendemos también a que en un hogar promedio en Colombia una compra por ese monto ese dinero no es tan difícil de realizar, y para el consumidor implica un alto índice de satisfacción. También las tabletas de menos de 1.2 millones de pesos, computadoras y bicicletas de 1.5 millones no tendrán este rubro. Además, los planes de telefonía celular de menos de 45 mil pesos estarán exentos del pago de impuestos, lo que puede propulsar la tecnología y telecomunicaciones en el país generando más acceso para las personas de escasos recursos a la información digital.

Por otra parte, la reforma no sólo incluía aumentos en el recaudo mediante alzas en las tasas o implementación de un impuesto verde a la gasolina, que sólo aumentará el precio del combustible y que claramente no será reutilizado en el medio ambiente tratando disminuir los efectos del uso del combustible fósil. También hay varias disminuciones en las tasas, se han dejado “exentos” algunos productos, sobre todo alimentos pertenecientes a la canasta básica familiar, pero que algunos de ellos están tasados en su proceso de producción, como por ejemplo el pan, que no tiene IVA de 19 puntos, pero la harina tiene un impuesto e 5% y los equipos de panadería para producir ese pan si están tasados al 19%, lo que se traduciría en un aumento en el precio por alzas en materias primas y equipo.

En mi opinión, una buena lectura de los choques, eventos y acontecimientos económicos, sociales y culturales pueden ser usados para realizar campañas publicitarias y nuevas ideas de mercadeo, generando crecimientos en la economía nacional.

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