Hay que dejar de ofrecer a Villavicencio como un destino terrestre y empaquetarlo con tarifa aérea. Los cierres de la vía no deberían afectar el flujo de turistas al Meta.
Camilo Guevara, Gerente Traveling Family (Foto Orlando Gómez Camacho).
El próximo 14 de septiembre se cumplirán tres meses del cierre de la Vía al Llano, un problema de dimensiones considerables que ha traído una inmensa inestabilidad a la economía no solo del Meta sino también del Vichada, Guainía y Guaviare. El primer renglón afectado fue el turismo, en el cual, el subsector hotelero registró una ocupación de apenas el 25% a junio de 2019 y pérdidas cercanas a COP33.500 millones mensuales, según cifras de Cotelco.
Es que históricamente, la industria, gobiernos y gremios han vendido al Llano como un destino en su mayoría terrestre, argumento que se cae de su peso, ya que –a consecuencia del cierre vial-, los viajeros tienen que utilizar el corredor Bogotá-Sogamoso-Aguazul para llegar a Villavicencio. Un recorrido que puede tardar, en el mejor de los casos, 13 horas, gran parte de ellas por trocha.
Ante semejante despropósito, la Cámara de Comercio de Villavicencio, en unión con la Comisión Regional de Competitividad e Innovación del Meta (MetaCompite), Cotelco Capítulo Meta, Fenalco y el Instituto de Turismo de Villavicencio, se unieron para lograr nuevas conexiones aéreas directas entre la capital del Meta y ciudades como Cali, Bogotá, Bucaramanga, Medellín, Neiva y Pereira, entre otras.
El Ministerio de Transporte, la Aeronáutica Civil y la ANI también pusieron su granito de arena al exceptuar el cobro de la tasa aeroportuaria a todos los pasajeros que viajen en la ruta Bogotá-Villavicencio hasta el 21 de septiembre.
¿El resultado? Más de 120.000 pasajeros movilizados por avión desde y hacia Villavicencio entre el 14 de mayo y el 7 de agosto en 1.990 frecuencias, según Mintransporte.
EasyFly lleva la delantera al movilizar a 76.027 viajeros en 1.522 frecuencias; le sigue Avianca, con 37.211 viajeros en 379 frecuencias, Satena, con 6.620 pasajeros en 87 frecuencias y Wingo, que en su primera semana transportó a 281 pasajeros en 2 frecuencias.
FAM TRIP EN MEDIO DE LA CRISIS
Ante esta tendencia, los hoteleros, agencias de viaje y tour operadores no se han quedado con los brazos cruzados. Por ejemplo, Traveling Family, una agencia local con 11 años de experiencia, decidió realizar un fam trip (viaje de familiarización) hacia la capital llanera, en el cual, 13 agencias de diversas ciudades del país conocieron la oferta turística de ‘Villavo’ representada en hoteles, actividades de exploración, diversión, gastronomía y cultura nativa.
Agencias participantes del Fam Trip Villavicencio.
“Como agente turístico y operador local es nuestra responsabilidad sacar adelante a Villavicencio como destino de clase mundial, aún en medio de la crisis”, manifestó Camilo Guevara, organizador del fam trip y gerente general de Traveling Family. Por ‘clase mundial’, Guevara se refiere a la inmensa y atractiva oferta cultural y de naturaleza presente en cada rincón de la capital del Meta y sus municipios aledaños.
«Es nuestra responsabilidad sacar adelante a Villavicencio como destino de clase mundial, aún en medio de la crisis”: Camilo Guevara. Traveling Family.
OFERTA DE NATURALEZA
Tiuma Park es uno de ellos. Un parque de diversiones y hotel que contiene 11 actividades bacanísimas para vivir en grande la cultura llanera, entre ellas, un safari en el Buggy Cerrero, una travesía en flotador por el Río del Cacique y Misión Delta, un vertiginoso vuelo en canopy de 2.100 metros a través de morichales, bosques, sabanas y ríos. También es posible participar de shows en honor a los cantos de vaquería, así como cabalgatas hasta el Rancho de los Parientes.
El Bioparque Los Ocarros es otro imperdible. Un centro de educación y protección de la fauna a 20 minutos de Villavicencio repleto de numerosas especies de armadillos, aves, anacondas y peces, así como de felinos, primates y cocodrilos.
DIVERSIDAD DE ALOJAMIENTOS
La oferta hotelera no se queda atrás. Aunque las grandes cadenas como GHL, Estelar y Wyndham están presentes, lo cierto del caso es que los hoteles independientes, rurales y de carretera son quienes más han sentido los rigores del cierre de la vía.
Propiedades como el Hotel María Gloria, El Alcaraván (Colsubsidio), Hotel Campestre Duranta y MS Campestre La Potra –que participaron activamente del fam trip-, han venido reinventándose para atraer a esta nueva casta de turistas que llegan por vía aérea. “Son viajeros de buena capacidad económica, adultos, cabeza de familia y empresarios que llegan a la ciudad a hacer negocios entre semana y a actividades de ocio los fines de semana”, declara Marcela Garavito, Gerente del Hotel María Gloria.
Marcela Garavito, Gerente, Hotel María Gloria (Foto Orlando Gómez Camacho).
Para esta ejecutiva, la clave de la transformación está en la capacitación a los colaboradores: “El entrenamiento permanente en conocimientos técnicos, relaciones con el huésped, etiqueta e inglés puede ayudar a potenciar nuestras habilidades en hospitalidad y servicio para para sacar adelante a Villavicencio como destino internacional”, replica Garavito.
Todos los participantes insistieron en que deben conservar –a toda costa- la conectividad aérea que tanto trabajo costó conseguir. Esto ante el temor de que vuelvan a subir los tiquetes a manos de Avianca, que tenía pasajes exorbitantes, incluso más caros que volar de Bogotá a Miami.
“Se cayó la carretera pero no se cayó el Meta”, finaliza Camilo Guevara a manera de lecciones aprendidas. “Debemos ser capaces de convertir a Villavicencio en un destino de clase mundial. En ese camino, la conectividad aérea no solo nos facilitará el comercio sino también la inclusión social, la promoción de nuestra bellísima cultura y la competitividad económica”.
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