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Operado por oxoHotel, esta propiedad de la cadena Marriott conjuga momentos de elegancia cuidadosamente diseñados y una estancia donde los huéspedes obtienen justo lo que necesitan, sin pagar por lo que no tienen.

Lisette Sprangers, Gerente, AC Hotel by Marriott Santa Marta (Foto Orlando Gomez)

Lisette Sprangers, Gerente, AC Hotel by Marriott Santa Marta (Foto Orlando Gomez)


En la capital del Magdalena, al piecito de la Marina Internacional, hay una propiedad que está dando de qué hablar: AC Hotel by Marriott Santa Marta, una torre hotelera de 112 habitaciones que representa un cambio súbito en la percepción local de la cadena, que por años ha acudido a un lugar común repleto de mármol, sofás en cuero y ambientes ultra-glamurosos. Este hotel -operador por oxoHotel-, representa justamente un estilo opuesto a esa opulencia, a veces tan molesta para los viajeros informales.

Nacida bajo la visión instintiva del reconocido hotelero español Antonio Catalán, esta marca conjuga un estilo sofisticado pero sin pretensiones y una innovadora carta de alimentos y bebidas con fuerte inclinación local para viajeros de todas partes del mundo.

Su ubicación es inmejorable: a unos pasos de la Playa de los Cocos y a pocas cuadras del Parque de Los Novios, el AC Hotel by Marriott Santa Marta fue diseñado pensando en fundir las dos caras de la ciudad: Por un lado, las casonas antiguas, la majestuosa Sierra Nevada y la bahía con su puerto y, por otro, las nuevas construcciones verticales que abren paso a la modernidad.

“Nuestras raíces son españolas, nuestra alma europea, pero la calidez es colombiana”, le escucho decir a Lisette Sprangers. una holandesa que ingresó a la cadena en 2014 como anfitriona del Hotel W en Bogotá y hoy es gerente general del hotel samario.

Para ella, la hotelería de la ciudad se había estancado en una oferta tradicional que –sin demeritarla-, había llegado a su límite. “Queremos cambiar esa mentalidad con un hotel que te haga sentir en casa, pero en un ambiente estético, intuitivo y relajado”. Tal parece que lo están logrando.

 

FLUIDEZ Y PERSONALIDAD

Tuve la oportunidad de pasar un par de noches allí y encontré una fluidez inmediata tan pronto atravesé el lobby. Como muchos hoteles recientes, no hay room service ni botones, algo que dice mucho de su personalidad, enfocada solo en servicios esenciales, “Para evitar la fricción que pueda presentarse al tener muchos puntos de contacto”, anticipa Sprangers.

Es algo que ellos llaman ‘Lifestyle Brand’, algo así como una marca upperscale, pero lo suficientemente elegante y llena de personalidad como para proponer servicios limitados sin descuidar la calidez ni la calidad. “El diseño va acorde a esa mentalidad” prosigue la ejecutiva. De hecho, sus ambientes son tan limpios y sencillos que se sienten íntimos y con gran dedicación hacia los detalles.

Las texturas afloran con cada toque. En la cobija, en los muros y en las mesas del comedor. Los tonos tierra –entre gris y beige-, abundan tanto en espacios abiertos como en pasillos y dormitorios.

 

CON ACENTO ANCESTRAL

“Son detalles que entregan un toque genuino e irrepetible y nos recuerdan en todo momento que estamos en territorio ancestral”, dice la gerente al referirse a los gorros arhuacos, las mochilas Wayuú y la orfebrería Tayrona plasmada en los materiales, fibras y tejidos que adornan cada rincón.

Nuestras raíces son españolas, nuestra alma europea, pero la calidez es colombiana”.

El territorio ancestral que menciona Sprangers es precisamente el borde izquierdo de la Sierra Nevada con sus fascinantes playas, gastronomía sorprendente y exuberante historia y cultura. “Allí está nuestro principal desafío, ya que la marca AC fue diseñada para grandes centros urbanos y Santa Marta está lejos de ese concepto”, afirma. Por ello, “nos reinventamos en función local, pero aplicando estrictos estándares internacionales”, remarca.

https://www.instagram.com/p/BzLd_5wAWzw/

 

Esa reinvención inició con el desayuno que –al momento de su apertura-, se servía en porciones pequeñas al estilo europeo. Sin embargo, Sprangers reconoce que no gustó para nada, ya que los viajeros colombianos –y especialmente los costeños-, están acostumbrados a un desayuno ‘trancado’, con huevos pericos, caldo de costilla, frutas e incluso calentado y cayeye.

Fue entonces cuando decidieron apartarse de lo liviano y bonito en función de las necesidades del huésped, “Ya que de nada sirve cumplir con el estándar mundial de la marca si no se resuelven las expectativas del cliente”, señala.

Pero, ¿Quiénes son esos clientes? Sprangers explica que el huésped de su hotel lleva por nombre ‘The Maker’, una persona moderna y urbana entre 25 y 50 años que –aunque no es rico, tiene buenos ingresos-, hace cosas nuevas, quiere descubrir y estar conectado.

“Un perfil que se ajusta a los diseñadores, consultores de TI, asesores navieros y empresarios jóvenes que llegan a la ciudad buscando un entorno con estilo para los negocios”, finaliza. “Se trata –ni más ni menos- de complacer a una nueva raza de viajeros ultra-modernos, exigentes y descomplicados que buscan un toque local con estándares mundiales que eleven la experiencia de su estadía.”


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