La agricultura es protagonista en la calidad de nuestra dieta
Para nadie es un secreto que una dieta sana y balanceada, sumada a la actividad física, es la clave para una vida más saludable. Y la agricultura juega allí un papel protagónico, pues es la encargada de ofrecer alimentos de calidad para los consumidores de todo el mundo.
Independientemente del tipo de producción, es decir, sea tradicional u orgánico, es importante que se atienda adecuadamente la creciente preocupación de todos por consumir alimentos inocuos. Desde Procultivos ANDI celebramos los diferentes tipos de alternativas para producir alimentos de una manera segura y de calidad.
Tal y como le prometí a un gentil lector del blog Cultivando al Ser quien realizó unas observaciones sobre la agricultura orgánica, estoy ya estudiando más sobre este tipo de producción, para entender el control y la evaluación que se realiza sobre estos alimentos en sus trazas, residuos, y otros componentes que nos preocupan por afectaciones de bacterias, hongos o enfermedades que quebranten nuestra salud; porque, como también le confesé, lo único que conozco de esta importante alternativa es que sus precios son altamente diferentes a los precios de la producción tradicional y en mi canasta no puedo solventarlos por aspectos presupuestales.
Justamente uno de los mitos más emparentados con los alimentos orgánicos es que son mejores para la salud de los consumidores que los productos tradicionales.
Carl Winter, toxicólogo de alimentos de la Universidad de California, señaló hace poco al diario chileno El Mercurio que “no hay evidencia científica suficiente que demuestre que los alimentos orgánicos son más saludables para los consumidores”.
El experto agregó que “si bien los niveles de plaguicidas en los alimentos orgánicos son más bajos que en los convencionales, los de los tradicionales ya son significativamente más bajos que los niveles que serían motivo de preocupación para la salud”.
Por otra parte, en mi labor de 28 años de servicio al campo colombiano y mi pasión por la agricultura y por los agricultores que desarrollan la producción tradicional, me ha permitido estudiar, conocer, evidenciar y ratificar que los alimentos son sanos y limpios.
La evaluación que se hace a los alimentos tradicionales y a todos los elementos o componentes que se usan en este tipo de producción es muy estricta y será cada vez mayor, porque requerimos comer con seguridad para proteger nuestra salud.
Más bocas por alimentar
Otro factor que valoro de la producción tradicional es la posibilidad de superar una de las advertencias que han realizado organizaciones internacionales que hacen referencia a posibles hambrunas de diferentes latitudes debido al aumento exponencial de la población. Y es que según cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas, se espera que la actual población mundial de 7.700 millones de personas aumente a 10.000 millones en el año 2050 y a 11.200 millones en 2100.
Un reto que sin duda exige una agricultura mucho más productiva y en el que hay que tener en cuenta, adicionalmente, que hay una migración de plagas entre países, como las que hoy padecen nuestros cultivos con bacterias, plagas y enfermedades desconocidas. Un peligroso coctel que, como lo pronostican diferentes organizaciones, puede ocasionar pérdidas en la producción mundial de alimentos de hasta de un 30% por cuenta de problemas fitosanitarios.
Por tal razón, en la producción tradicional el uso del control químico -en su estricta dosis, ni más ni menos-, es fundamental porque por cuenta de las plagas, enfermedades y malezas, podríamos frustrar las metas referidas a la producción de alimentos.
Es importante imaginar la competencia de un cultivo para sobrevivir con 30.000 especies de malas hierbas, 3.000 especies de gusanos y 10.000 especies de insectos, una lucha que sin duda perderían si no fuera por el control de cultivos, en el cual el uso de agroquímicos debe estar integrado.
En este punto cabe anotar que las moléculas utilizadas en insumos químicos como insecticidas, herbicidas, y fungicidas, tuvieron entre 8 y 10 años de investigación y desarrollo, y los productos son formulados por empresas altamente reguladas para soportar las evaluaciones de riesgos en ambiente, salud y eficacia, que les otorgue el permiso para comercializarlos. Es decir, antes de salir al mercado hay un merecido proceso riguroso.
Procultivos ANDI, con su programa CuidAgro, trabaja con los productores el Manejo Integrado de Plagas (MIP) que articula el control cultural, con el biológico y el químico para combatir los problemas de plagas, enfermedades y malezas. Es una lucha integral efectiva que significa una cosecha limpia y de calidad. CuidAgro también enfatiza en la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas en la producción tradicional, para garantizar la bondad que necesitamos en los alimentos con nuestra salud y el medio ambiente.
Otra parte de la estrategia de Procultivos ANDI es su programa Mentes Fértiles, diseñado para trabajar en la alimentación inteligente para los cultivos, ya que hacer pasar hambre a las plantas genera una bomba crítica de afectaciones en el cultivo, porque sus defensas y productividad se bajan hasta el punto que se pierden por inanición.
Desde este blog lo invitamos entonces a que coma tranquilo sus alimentos producidos de manera tradicional, también aplaudimos y apoyamos que se exija que cada alimento en la mesa sea de calidad y seguro para nuestra salud y el entorno.
nos estamos alimentando mal
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