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Los instrumentos tradicionales de renta fija pierden valor en entornos de tasas de interés en aumento, por la sencilla razón que las nuevas emisiones ofrecen rendimientos más atractivos.

 

En situaciones como esta, los fondos que invierten en instrumentos con tasas flotantes se constituyen en una de las alternativas más llamativas. Básicamente son préstamos otorgados por entidades financieras a empresas con baja calificación de crédito; los intereses son reajustados periódicamente, por lo general cada tres meses, haciendo que  no se desvaloricen cuando las tasas de interés suben.
 
Se sustituye de esta manera el riesgo de tasa de interés, por un mayor riesgo de crédito; pero en caso de incumplimiento, esos préstamos están diseñados de tal manera que el acreedor tiene prioridad sobre la mayoría del resto de obligaciones. En este sentido son más seguros que los fondos especializados en bonos ‘basura’, sus primos hermanos, aportando de paso un nivel adicional de diversificación dentro de un portafolio.
 
El fondo BKLN, creado en marzo de 2011, pertenece a esta categoría. Invierte de acuerdo con el índice “S&P/LSTA US Leveraged Loan 100”, compuesto por los cien mayores préstamos flotantes, que cumplan ciertos requisitos adicionales en cuanto a madurez y rendimiento. Acumula ya activos por $3.300 millones de dólares, con cerca de un millón de acciones transadas diariamente en promedio. Su rendimiento en lo corrido del año a abril 22 es 2.2%, y 7.8% en el último año, de acuerdo con cifras de Morrningstar.
 
Desde tiempos inmemoriales, los bancos vienen prestando dinero. Pero fueron adoptados por los fondos mutuos como instrumentos de inversión solo a partir de los años noventa. Hoy en día, según Kiplinger, constituyen un mercado de 620.000 millones de dólares.
 
En la base de datos de Morningstar aparecen 13 fondos mutuos en esta categoría con más de diez años de historia, con un rendimiento promedio anual de 4.7%. El fondo “Credit Suisse Floating Rate Hi Inc A”, con 7.8%, es el de mayor rendimiento. Igualmente existen cerca de 40 fondos con por lo menos un año de antigüedad, con un rendimiento promedio de 7.8% en el último año. No debe sorprender que los que encabezan la lista sean aquellos que asumen mayores riesgos, en cuanto a la calificación de crédito de los instrumentos utilizados y al nivel de apalancamiento.
 
A pesar de las repetidas advertencias en los Estados Unidos en el sentido que se va a mantener la política de estímulos e intereses bajos, los flujos hacia este tipo de fondos han seguido creciendo en los últimos dos o tres años. El hecho es que prácticamente nadie pone en duda que tarde o temprano las tasas en ese país tendrán que subir. 
 
Una desaceleración económica es quizás el mayor riesgo que enfrenta un fondo de esta naturaleza, y los portafolios de menor calidad los más afectados. En efecto, las pérdidas en la categoría a raíz de la crisis en 2008 rondaron el 30%, aunque en 2009 se recuperaron del todo. Pero cabe recordar que 2008 no fue un año típico, en cuanto a los excesos de crédito que se cometieron.
 
hadler@stanfordalumni.org

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