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Para muchos simpatizantes de la estrategia de inversión que practica Warren Buffet, los informes trimestrales de la firma de inversiones “GMO” constituyen lectura obligatoria. Sus autores son los señores Jeremy Grantham, cofundador en 1977 y actualmente director de estrategias, y Ben Inker, responsable en cuanto a asignación de activos.

Al igual que Buffet, “GMO” es fundamentalmente una empresa inversionista de “valor”. Es decir, únicamente adquiere activos si estos se están negociando a precios suficientemente baratos.

Se hicieron famosos en los años noventa, al hacer parte de ese pequeño grupo selecto que no se dejó tentar por la burbuja de las acciones tecnológicas. También le hicieron el quite a la crisis financiera, escapándose del desplome de la renta variable durante el periodo 2007-2009. En el 2009, muy acertadamente, le apostaron con todo a este renglón.

Su objetivo básicamente es sacarle el cuerpo a toda costa a las burbujas, y a las inversiones calientes.

Se enfocan en el análisis del comportamiento histórico de las diferentes clases de activos, apoyándose fundamentalmente en un concepto tan elemental y básico como la “reversión a la media.”

En el caso específico de las acciones, asumen que los márgenes de utilidad y las relaciones precio/ganancias retomarán, a partir de sus niveles presentes, sus promedios de largo plazo, en el transcurso de periodos de siete años, Aseguran que de esta forma pueden predecir retornos de una forma sencilla, sin meterse en el lío de predecir lo impredecible, como lo son los rendimientos anuales.

De acuerdo con su informe de febrero del 2012, comenzaron a practicar el procedimiento en 1994, gracias a lo cual disponen ya de una muestra suficientemente representativa. Según afirman, han superado consistentemente a los modelos aleatorios, y en ocasiones “han sido sorprendentemente precisos, sin verse en la necesidad de recurrir a la sapiencia de los Ph.Ds.”

Como explican, se limitan a calcular unos simples cocientes, ignorando totalmente el comportamiento de las multitudes. Obviamente deben armarse de paciencia, mientras se dan los resultados.

Algunos de sus postulados:

• En el tema de inversiones, la historia se repite y se repite.

• El mercado es gloriosamente ineficiente, y en ocasiones deambula muy lejos de niveles razonables. Pero finalmente retorna a sus promedios.

• Evite convertirse en víctima de los intereses creados en la industria financiera, especialmente cuando afirman que esta vez es diferente.

• El inversionista particular se encuentra en una situación privilegiada para poder esperar pacientemente. Para un profesional esto es imposible, porque está en juego su carrera.

Precisamente en este último punto se originan las dificultades, a mi modo de ver temporales, que viene enfrentando la firma “GMO.” El hecho es que estrategias de este tipo no son ideales cuando los mercados al alza se prolongan demasiado; en efecto, mientras el mercado norteamericano ya lleva subiendo ocho años, su fondo estrella ha venido mermando gradualmente su exposición a la renta variable.

Según informaron recientemente en el “Wall Street Journal”, se viene produciendo un fuerte descenso en los activos a su cargo, bajando de US $124.000 millones en el 2014 millones a US $80.000 millones actualmente. Y mientras ese fondo obtuvo un rendimiento de 3.4% el año pasado, el índice S&P 500 aumentó 12%.

Como una alternativa de inversión contraria, la firma de investigaciones “Morningstar” viene monitoreando desde 1993 un portafolio que invierte en los sectores que reciben los más bajos flujos de dinero. Anualmente se desprenden de sus inversiones en las tres categorías más apetecidas, para invertirlas en las tres más impopulares con la idea de mantenerlas durante periodos de tres años.

De acuerdo con la publicación de este último año, el rendimiento de este portafolio viene superando en un 5% anual a uno conformado por las categorías más apetecidas, con resultados favorables en la mayoría de los periodos.

En el informe correspondiente al 2011, la estrategia había producido un retorno anual de 9%, comparado con un retorno de 7.4% para el índice S&P 500, 3.9% para el índice “MSCI EAFE” (grandes empresas de los países desarrollados fuera de Norteamérica), y 5.1% correspondiente a las categorías más populares.

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