Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

hadler@stanfordalumni.org

En su reporte anual correspondiente al 2013, cuenta el señor Buffet que en 1986 se hizo a una finca en Nebraska, su estado natal, poco tiempo después del estadillo de una burbuja en las tierras rurales de esa región. Como cosa rara el sistema financiero se vio involucrado, siendo protagonistas esa vez los pequeños bancos locales, envueltos en políticas muy laxas de crédito.

Como es característico en sus inversiones, pagó mucho menos de lo que el banco -por ese entonces ya quebrado- había prestado sobre ella.

Aunque el tema le era totalmente ajeno, se enteró por medio de su hijo de cuanto maíz y cuanta soya podría producir, y del monto aproximado de los gastos. Mediante cálculos elementales, llegó a la conclusión que el retorno promedio sería del 10%, con buenas perspectivas de aumento gracias a una mayor productividad, y a posibles alzas en los precios. Partió del principio de que los malos años se verían compensados por los buenos, y de que muy posiblemente nunca se vería forzado a venderla.

Todas sus suposiciones se dieron, y contaba que 28 años después, la finca había triplicado sus ganancias y quintuplicado su valor, aunque “Aún no sé nada sobre fincas, y recién hace poco le hice mi segunda visita”.

Se apoya en el ejemplo de la finca para recordar algunos de sus principios fundamentales en el tema de inversiones, igualmente válidos en la compra de acciones o cualquier otro activo.

Son exactamente los mismos que utilizó para establecer las directrices que estableció con respecto al manejo del legado que dejará a su esposa. El 90% del dinero deberá invertirse en un fondo indexado de acuerdo con el S&P 500, de muy bajo costo (sugiere el de la empresa “Vanguard”); y el 10% restante en un fondo de bonos del Tesoro de corto plazo.

Cabe aclarar que, siguiendo sus instrucciones, la totalidad de las acciones que posee en su empresa “Berkshire Hathaway” será repartida entre ciertas organizaciones filantrópicas durante los diez años siguientes a la sucesión.

Por medio de esta estrategia, está convencido de que logrará resultados a largo plazo superiores a la gran mayoría, llámense fondos de pensiones, institucionales, o inversionistas comunes. “En conjunto, las empresas norteamericanas se han comportado admirablemente bien, y seguirán haciéndolo, claro que con ajustes impredecibles. Para los ahorradores no-profesionales, no se trata de predecir las acciones ganadoras, sino de invertir en una muestra representativa de todo el mercado.”

A continuación, algunos de sus principios fundamentales:

• No se necesita ser un experto para obtener rendimientos satisfactorios. Lo importante es estar consciente de sus limitaciones.

• Mantenga las cosas sencillas, no trate de batear jonrones. Si le prometen retornos rápidos, apresúrese a decir que no.

• Si no se siente cómodo para establecer un estimativo aproximado de los retornos futuros, olvídese de adquirir ese activo.

• Si su enfoque se centra en los cambios de precio del activo, está especulando. No hay nada de malo en ello. Yo sé que soy incapaz de hacerlo exitosamente. Y soy muy escéptico con respecto a los que aseguran que pueden hacerlo consistentemente.

• Recuerde que el 50% de las veces se gana la primera vez que se apuesta a cara y sello. Pero ninguno de esos ganadores tiene expectativas de lograr utilidades si continúa con el juego.

• El hecho que un activo se haya valorizado recientemente no es una razón válida para adquirirlo.

• Me enfoco en lo que el activo puede producir, y me despreocupo de sus valorizaciones en el día a día. Si puede disfrutar de los fines de semana sin necesidad de estar mirando los precios, ensaye hacer lo mismo durante la semana.

• Formarse opiniones macro, o prestar atención a las predicciones, es una perdedera de tiempo. Es más, es peligroso: empaña la vista para los hechos realmente importantes.

• El estado de la economía, de las tasas de interés, o lo que el mercado de acciones pueda hacer en los próximos años, no tienen ninguna importancia. Independientemente de toda la cháchara, el maíz se seguirá dando en Nebraska

Compartir post