Siempre he pensado que todo sirve, en cuanto a literatura se refiere. Si se empiezan a leer un libro cuya historia no les gusta o si tal vez tiene uno que otro personaje ridículo, seguro algo bueno sacarán, alguna palabra fijo aprendemos o alguna sonrisa se genera por ahí. Algo. Todo sirve, desde la revista Tú, pasando por la Vogue y la Selecciones, hasta Ulises, ese ladrillo de James Joyce de 728 hojas al que le dediqué bastante esfuerzo y aproximadamente unos seis meses de juicio, o de pérdida de juicio más bien, en 2012. Recordaré siempre el último capítulo de 43 hojas, en el que no hay puntuación y la esposa de Leopoldo Bloom hace su monólogo interior de corrido. Impresionante. En fin, lo que les quería decir es que todos los libros sirven. No hay malos libros: todos son buenos.
Acabé uno muy adolescente, por decirlo así, llamado Eleanor & Park. Es una historia de amor algo plana, pero como les digo, todo sirve. Está enmarcada en los años 80 y pues tiene bastantes referencias a música new wave de esa época. Esta literatura contrasta con los números y las finanzas que se gestan diariamente. Ayer hubo subasta en títulos de corto plazo que vencen el 12 de junio de 2018: la tasa de corte fue el 5.40%.
Hubo apetito por títulos debido a que, como les había dicho, la inflación quedó más baja. Los julios de 2024 estaban al 6.54% y terminaron bajando como al 6.47%, es decir fueron demandados, su precio subió. Es interesante; también hubo 145 mil millones en futuros específicos.
Todo es interesante, todo sirve, no importa si estamos en pregrado, en el bachillerato o en pre kínder. Siempre hay que tener los sentidos atentos.
Las letras y los números. Hay que ser alfanumérico.
Buena suerte para hoy!!
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