
La famosa obra de Orwell 1984 relata como un omnipresente gran hermano controlaba y vigilaba una sociedad y cada uno de sus movimientos, tomando las respectivas distancias en muchas empresas existe un gran hermano controlándolo todo también.
Imagine un hombre en una caverna prendiendo fuego, a Guillermo Burt patentando la primera máquina de escribir, a Thomas Alva Edison en un laboratorio encendiendo la primera bombilla después de mil fracasos, a Gabriel García Márquez diseñando el mágico Macondo, a Steve Jobs garabateando en un papel el dispositivo que cambiaría la industria de la música, y ahora mírese usted recreando todas estas escenas usando únicamente su imaginación, todo esto producto de las capacidades evolucionadas de nuestro cerebro.
Si hay una característica primordial en el ser humano es la imaginación que lleva a la creatividad y esta a la innovación, la naturaleza creativa del hombre le ha permitido imaginar y crear soluciones a los problemas que se le iban presentando a lo largo de la historia: !tenemos frió ¡solución! descubrimos como prender fuego, un problema y luego una solución, una larga relación entre el hombre y la naturaleza.
Esta búsqueda permanente de soluciones ha sido siempre primordial para la evolución, la misma empresa tal como la conocemos hoy es fruto de la búsqueda de solución a un problema: aumentar la productividad en plena era industrial. Para ello se diseño una estructura de tal forma que permitiera controlar y organizar a los trabajadores alrededor de un paradigma, aumentar la productividad por hora/hombre. Usando su misma imaginación piense en las famosas líneas de producción de Ford inicios del siglo XX.
Este paradigma nos dejo como legado una organización diseñada sobre todo para el trabajador manual, donde las formas y tiempos para hacer el trabajo se planeaban desde pocas cabezas y luego se ejecutaban por los trabajadores, era el paradigma donde la eficiencia estaba en el control y la centralización de la información porque el enfoque era producir más en el menor tiempo posible. En Latinoamérica somos herederos de este estilo de administración, y se ha potenciado por nuestras matrices económicas donde extraer y exportar materias primas es nuestra principal actividad productiva y requería de una estructura similar de orden y control para aumentar la productividad hora/ hombre.
Sin embargo, el gran momento que vive nuestra Región, estabilidad y crecimiento económico, integración a la economía global, mejoramiento de la educación, etc. ha cambiado el enfoque empresarial hacia los productos y servicios en una búsqueda incesante de añadir valor y esto ha hecho que de forma natural el paradigma de la era industrial quede caduco y disfuncional en una era donde si bien el trabajador manual es importante lo es aún más el trabajador cerebral tal como lo llamo Peter Druker para referirse a un trabajador que deja de ser unicamente mano de obra para convertirse en talento, que utiliza las capacidades cerebrales para imaginar las soluciones a los problemas de la empresa y las implementa, eso requiere sobre todo de su creatividad.
El paradigma caduco de la era industrial, con sistemas de administración basados en el control y centralización de las decisiones, dentro de un contexto donde lo importante muchas veces no es solo la productividad hora/hombre frustra cualquier intento de creatividad e innovación. Un ejemplo claro lo vi en la algunas empresas de la industria farmacéutica donde los promotores comerciales (visitadores a médicos) son controlados casi por radar, ¡y no es broma!, los supervisores están siempre atrás del visitador esperando que caiga en un error y ¡zas! el castigo, mi opinión un trabajo donde el eje del trabajo del visitador es la creatividad en la relación con el médico y el conocimiento que tenga de farmacología, puro trabajo intelectual y de habilidades emocionales ¿Debería controlarse bajo el paradigma tradicional?.
Otro ejemplo que es bastante típico es la empresa donde todo se debe consultar al gerente o dueño de la empresa, entonces hay un límite al crecimiento de la empresa no se puede responsabilizar de la creatividad a una sola cabeza si lo que se busca es la eficiencia, y tenemos como efecto desmotivación y un estilo de liderar que buscar controlarlo todo, que dice cómo, cuándo, dónde, y el por qué de absolutamente todo lo que pasa dentro de la empresa.
Es obvio que la necesidad de tener empresas creativas choca con el estilo tradicional de liderar o hacer empresa, hemos aprendido que la productividad se aumenta con mayor control, entonces ponemos cámaras de video en las oficinas y reportes infinitos para conocer si la gente hace su trabajo, ¡pero no obtenemos resultados!; recuerdo un colega de una empresa que me decía – a pesar de todos los controles que pongo a mi equipo de trabajo, no logro los resultados deseados – , es lógico que pase eso, se puede controlar los movimientos de los trabajadores pero no su mente!
Oswaldo Toscano
https://www.facebook.com/oswaldotoscanog
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