La causa y efecto de empujar en la dirección correcta
Corría el año 1665 o 1666 —es decir, casi que ayer—, cuando un dadivoso árbol dejó caer una roja y deliciosa manzana en la cabeza del hijo de la dueña de la finca Woolsthorpe Manor —ya se ha dicho muchas veces que este es un mito, que solo la vio caer, pero ¿acaso no suena más delicioso imaginarse el manzanazo?—. En un caso similar usted o yo nos sobaríamos la testa, la tomaríamos y la comeríamos para equilibrar ofensas, la señora Newton —la hacendada— la habría acompañado de otras cuatro o cinco y habría cocinado un pie, pero a su hijo Isaac, le dio más bien por pensar ¿por qué cayó hacia abajo y no hacia otro lugar? Y entonces, luego de un magnífico y genial trabajo matemático, nacieron las tres leyes universales de la física.
Este párrafo corresponde al capítulo sobre Causa & Efecto en nuestro libro Historias de Negocios Altamente Inspiradoras Volumen 14, que realicé con Toro Carvalho y Vianette Monsalve, y el equipo de Negocios en Tu Mundo. Acá va un fragmento que espero les guste mucho.
«A toda acción le corresponde una reacción igual pero en sentido contrario: lo que quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto». 1 Isaac Newton (1687). A esta conclusión física se le conoce como: Principio de acción y reacción, tercera ley de Newton o la ley de la causa y efecto. Esta historia le demostrará que el solo concepto que enmarca la anécdota anterior, fundamenta la filosofía y la misión de esta empresa.
«Causa & Efecto es una unión de voluntades, de gente que quiere que al país le vaya bien. Eso fue lo que realmente la creó», acota Carlos Aguilar, fundador y gerente de desarrollo de Causa & Efecto.
La semilla se siembra en tierra abonada
Parece conveniente seguir comparando con un árbol de manzanas, aquella idea que se le plantó en la mente a Carlos y que de a pocos, comenzó a crecer en tierra abonada… y lo del abono, también parece muy adecuado para cómo se estaba sintiendo por aquel entonces. «Mi vida laboral la empecé trabajando con Toyota, después con Renault, y terminé trabajando con Renault-Nissan. Era responsable de la formación en lean manufacturing y ciertos proyectos en las plantas de Brasil, Chile, Argentina y Colombia. Pesaba 130 kilos. No dormía, vivía montado en un avión y dije: esto no es vida, me retiro», recuerda Carlos.
Un día en una reunión, de esas casuales, en un restaurante con sus amigos Juan Fernando Builes, que por aquel tiempo era Gerente de Producción en HWI (Haceb Whilrpool Industrial), Jorge Mario García y Nino López, que eran Gerentes de Planta de Haceb, surgió la idea de crear algo único: una empresa que pudiera transmitir los conocimientos de sistemas de producción de clase mundial, pero adaptados a la cultura y realidad colombiana. «¿Por qué no montamos algo para ayudarles a las empresas de acá con la cultura nuestra?». Esta pregunta sencilla pero profunda se convertiría en el catalizador de Causa & Efecto. Esta perspectiva desafiaba directamente los estereotipos negativos y la mentalidad de inferioridad que a menudo plagaba la percepción de la industria colombiana. Carlos y sus colegas reconocieron que las empresas colombianas, como Renault-Sofasa y Haceb, habían logrado niveles de excelencia comparables a los estándares internacionales.
¡Una gran idea!, pero ni idea de qué es una empresa
Los primeros días de Causa & Efecto estuvieron marcados por una mezcla de pasión desbordada y cierta ingenuidad empresarial. «Yo soy medio acelerado y apasionado. A mí no me importaba que me pagaran, yo quería compartir lo que aprendí en todo el mundo, compartírselo a la ciudad », dice emocionado Carlos. Esta actitud, aunque arriesgada desde una perspectiva empresarial tradicional, refleja el profundo compromiso con la misión de la empresa. Una pasión por compartir conocimientos y hacer una diferencia en la industria colombiana era lo que alimentaba el corazón de este emprendedor.
«El origen de Causa & Efecto fue en las oficinas del CTA el llamado “Edificio de los espejos” en el centro de Medellín. En la Red de Ensamble, Francisco Uribe, de Mitsubishi Electric, y Víctor Tamayo, de Innmagina, me dijeron: “monte una empresa y la plata la vamos a conseguir con la Alcaldía de Medellín”. El primer proyecto era que íbamos a montar la primera escuela de destreza para el SENA y nos dieron 450 millones de pesos», comenta entusiasmado Carlos.
Sin embargo, la realidad empresarial pronto se hizo evidente. Con la obtención de un primer proyecto significativo y un presupuesto inicial, el equipo se enfrentó a los desafíos de la gestión financiera y la planificación estratégica.
«Nos creíamos ricos. No teníamos oficina, las reuniones las hacíamos en el parque de El Poblado o nos íbamos para algún restaurante, o sea, no teníamos ni idea lo que era una empresa», y se sonríe al recordarlo.
Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana
«Al inicio apareció Carolina Tejada, alguien que venía de Leonisa y de Fenalco. Ella es una comunicadora a la que le dijimos que se montara en esta locura de hacer país, sin saber a qué se estaba enfrentando». Comenta algo divertido el gerente de desarrollo.
En el primer año de operaciones se usaron todos los recursos. Carolina fue la encargada del manejo de las finanzas hasta entonces y supo capear el reto. Sin embargo, se ganó una beca para irse a Nueva York a trabajar con una corporación en Estados Unidos.
«Carolina es una persona demasiado formada y muy tesa. Gracias a Dios estuvo con nosotros desde el inicio. Pero cuando se fue, nos preguntábamos ¿cómo la vamos a reemplazar?, y apareció Natalia», y lo dice poniendo una cara de alivio, Carlos.
La incorporación de Natalia Jaramillo a Causa & Efecto marcó un punto de inflexión crucial en la historia de la empresa. Con su experiencia en Fenalco y su formación en administración, aportó la estructura y el rigor financiero que la empresa necesitaba desesperadamente. Carolina fue quien precisamente la recomendó y se encargó de convencerla de que hiciera parte de la empresa.
«Yo venía de Fenalco, ya llevaba 11 años como gerente sectorial y era una posición muy buena. Allá conocí a Carolina Tejada porque ella estuvo algún tiempo en el área de comunicación. Y cuando ellos tuvieron la necesidad de buscar una directora administrativa, ahí mismo pensó en mí», dice sonriendo Natalia.
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