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Uno creería que los edificios y rascacielos que se construyen hoy en día en el país cumplen con la norma técnica NSR10, encargada de reglamentar las condiciones estructurales con las que deben contar las construcciones para hacerle frente a un sismo o a un incendio. Fue promulgada por el Decreto 926 del 19 de marzo de 2010. Pero al parecer no es del todo así y no hay quién vigile que se cumpla.

La ley está diseñada para que desde la concepción misma de la construcción se incorporen en la misma los requerimientos para el acceso y evacuación de la edificación, para prevenir la propagación del fuego tanto hacia el interior como al exterior y para que resista a las conflagraciones.

Y el tema preocupa pues está de por medio la vida de las personas que viven y trabajan en ellos. De hecho, en lo que va corrido del año ya son varios los incendios en apartamentos y fábricas que han reportado diferentes medios nacionales y que han arrojado cifras relevantes de daños y de damnificados.

Estudios revelan que en los últimos 100 años Colombia ha sido testigo de cerca de 2.000 incendios importantes en edificaciones, arrojando una cifra de alrededor de 80.000 personas afectadas.

En el país son varias las edificaciones que han optado por la implementación de estos sistemas pasivos de prevención de incendios, siguiendo el ejemplo de construcciones alredeor del mundo como la Terminal Internacional de Singapore, el Marina Bay Sands Integrated Resort, el Burj Dubai, así como de diferentes centros deportivos en Qatar, Reino Unido, Europa y Norteamerica; hospitales, centros de rehabilitación, hoteles y edificaciones en general.

En Bogotá se destacan en este sentido la Torre Krystal, el Centro Comercial Santa Fe, el Edificio Optimus, el Edificio de Bellas Artes de la Universidad Javeriana, el Data Center de Claro en Siberia. Y en el resto del país la Fábrica Kimberly Clark en Antioquia, Ecopetrol en Cartagena, Unilever en Cali, el Hotel Holiday Inn en Cucuta y la Planta de Cerámica San Lorenzo en Sopó, las cuales ya cuentan con este novedoso sistema reconocido en el mundo como PROMAT.

Si bien un incendio se puede originar de diversas maneras, incluso de las más inesperadas como un atentado terrorista como el que sucedió en el club El Nogal, o una indebida manipulación del fuego o un corto circuito, estos sistemas si permiten aislar y controlar en cierta medida el tiempo de “aguante” de una construcción con el fin de que exista posibilidad de evacuación y salvamiento de vidas humanas.

Así lo ha venido advirtiendo en el país Mauricio López, gerente general de Skinco, empresa distribuidora del sistema PROMAT para Colombia.

“Diferentes constructores, arquitectos e ingenieros en el país ya están instalando estos sistemas con el fin de cumplir a cabalidad la normatividad nacional, pero sobretodo, para incrementar sustancialmente la seguridad de las personas que habitan o trabajan en diferentes edificaciones. Por eso invitamos a todas las personas para que de forma proactiva se documenten sobre la ley, pero sobretodo pidan que sus edificaciones estén protegidas con cualquier sistema pasivo de prevención contra incendios”, sostiene el empresario.

 

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