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La pregunta de cuándo, quiénes, cómo y si retornar o no, por completo a la oficina, ha estado en la agenda de los líderes de gestión del talento desde finalizada la pandemia, y el debate ha oscilado entre la productividad y el bienestar de los colaboradores: ¿cuál es el grado de flexibilidad adecuado respecto a dónde y cuándo trabajan las personas?, por eso la pregunta: trabajo remoto o híbrido, ¿productividad o bienestar?
Mientras que algunos argumentan que estar en la oficina facilita la colaboración y fortalece la cultura organizacional, otros señalan que el trabajo remoto o híbrido ofrece flexibilidad y aumenta la satisfacción y productividad laboral.
Una visión muy interesante es la de la profesora Lynda Gratton de London Business School, que plantea que la decisión parte de la comprensión y claridad que tengan los líderes de las ventajas y desventajas del trabajo híbrido de acuerdo con las dinámicas propias del sector, mercados y audiencias que se atienden, y alinearlos para que fomenten la energía, la concentración, la coordinación y la cooperación de las personas y equipos, necesarias para mantener la productividad, innovación y logro de resultados.
Es una invitación a mantener la mirada simultáneamente entre productividad y satisfacción. Propone cuatro principios emergentes para tomar la mejor estrategia:
- Usar el espacio de la oficina para amplificar la cooperación.
- Convertir el trabajo desde casa en una fuente de energía
- Aprovechar el tiempo asincrónico para potenciar la concentración
- Emplear el tiempo de trabajo sincrónico para tareas que requieran coordinación
Esta evaluación invita a una discusión colectiva bilateral, que atienda las necesidades de los equipos y las de la organización.
Escrito por: Yadira Páez, directora del MBA y de la Especialización en Gestión Humana, Universidad Ean
