“…quien quiere el gobierno, quiere políticas públicas”.
Eugenio Lahera.
Desde un enfoque neoinstitucional, las políticas públicas pueden definirse como reglas de juego creadas por interacciones de poder que se imponen como directrices para abordar las prioridades de la agenda pública. En este sentido, las políticas –policies– son acción y gestión que tienen en cuenta la política –politics– como esfera de decisión y que deben estar orientadas hacia la coherencia, integralidad, sostenibilidad y legitimidad.
El discurso de las políticas públicas ha venido ganando terreno en los espacios académicos gracias a su papel como facilitador del diálogo interdisciplinario entre categorías en pugna como la justicia distributiva de la filosofía, el poder desde lo político, la eficiencia económica y el orden jurídico y administrativo. No obstante, el ejercicio del gobierno por políticas públicas no ha logrado posicionarse como principio rector de la función pública desempeñada por gobernantes y funcionarios.
La academia conectada con el mundo real de las decisiones públicas posibilita el estudio de las políticas como factor crítico para alcanzar los objetivos de desarrollo definidos en forma democrática por la sociedad. Pero para alcanzar este escenario, se debe reducir la brecha entre la claridad conceptual construida desde la reflexión académica y el alcance práctico del quehacer gubernamental.
De igual manera, se requiere avanzar hacia la construcción del enfoque local que garantice soluciones viables y pertinentes, toda vez que la omisión de los procesos de toma de decisiones sobre asuntos públicos se traduce en imposición de soluciones importadas ajenas a la realidad.
En suma, para que la lógica de las políticas públicas no se quede reducida a retórica, se precisa trabajo conjunto entre todos los actores que asuman lo público como propio; hace falta por tanto, sumar compromisos para convertir las políticas públicas en respuestas efectivas a las demandas ciudadanas.
Comentarios