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Con base en los acontecimientos recientes de la vida pública nacional, no es descabellado vaticinar que la disputa electoral del año 2010 puede ser el anhelado punto de quiebre de la política tradicional que transa, manipula, corrompe, en una palabra, destruye la inacabada sociedad colombiana.

 

El país ha visto aflorar experiencias exitosas que desde entusiasmos altruistas alcanzan el poder, pero cuyos propósitos encuentran diversas barreras: por un lado, las asociadas con las estructuras de poder predominantes en las instancias decisivas del país, y por el otro, las relacionadas con la historia del comportamiento político de los ciudadanos que, a pesar de resultados observables, toman los atajos de la apatía y la abstención.

 

Desde ahora, cuando comienzan a ser condenados algunos representantes de la dirigencia nacional elegida popularmente, es necesario pensar la Colombia que puede construirse desde el 2010, momento en el que se crearán los espacios para una verdadera renovación en los tomadores de decisiones. En los comicios de entonces, vendrá una segunda condena, esta vez por parte del electorado, entregando su voto de confianza a las personas ausentes de las transacciones entre clase política y actores al margen de la ley.

 

Desde ahora, es preciso construir los nuevos liderazgos que permitan ofrecer alternativas serias y honestas. Jóvenes, empresarios, académicos y comunidad organizada están llamados a integrar los proyectos de país que se sometan al debate nacional que conduzca a decisiones acertadas.

 

Desde ahora, el país exige pensarlo y pensarnos en él como protagonistas. Pensar para proponer y convencer al elector decepcionado. Pensar para discutir y atraer al indiferente. Pensar para hacer y demostrar a todos que es posible.

 

Este escenario es un tanto utópico pues está pensado desde el deber ser y su premisa fundamental es la ausencia de una segunda reelección. Más allá de la discusión alrededor de los aciertos y errores del presidente, posibilitar el gran cambio que puede representar el 2010, será la decisión que demuestre su inteligencia superior.

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