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Esta semana la Universidad Eafit tuvo la ilustre visita del profesor Daniel Pécaut quien ofreció una conferencia acerca de violencia, colonización y evolución de las FARC. Sapiencia, claridad, sencillez y calidad humana son sus principales virtudes, pero sus palabras también invitan a reflexionar respecto a nuestro papel en la transformación de la historia trágica en un porvenir promisorio.

 

El sociólogo francés señala que mientras se suele pensar que las FARC tomaron su verdadero impulso apalancadas en las estructuras del tráfico de drogas, por el contrario, fueron las FARC quienes apalancaron el florecimiento del narcotráfico como actividad criminal que a través del dinero logra infiltrar la economía y la política nacional.

 

La sinergia entre guerrilla y mafia garantizó el progreso de su producto de exportación a partir de una macabra combinación entre instrumentos para garantizar la protección de la producción y una gestión comercial con vocación hacia afuera. Cumpliendo así con los planteamientos del economista alemán Albert Hirschman en el sentido de construir encadenamientos hacia atrás y hacia delante.

 

Se tiene así un caso de confluencia de actores alrededor de un marco institucional informal que puede ofrecer lecciones para el diseño de instituciones formales que concilien el rol protector y regulador con la función comercial, esto es, un diseño que aglutine intereses de la función pública con las motivaciones de la actividad privada.

 

En contraposición a culturas de ostentación de riquezas, la sociedad civil debe apostarle a una estrategia local de desarrollo; de igual forma, en lugar de seguridad privada ofrecida por criminales, se debe garantizar presencia del estado para regular y proteger. Así, la efectividad de las políticas públicas descansa sobre la capacidad y potencial de los actores en permanente interacción con instituciones de calidad.

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