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Maiz

Un total de 1.500 millones* de pesos se destinaron para financiar la llamada ‘iniciativa Maíz para Colombia’, de la que harán parte la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), los centros de investigación Agrosavia, Cimmyt y Ciat, así como el Ministerio de Agricultura.

Los recursos provendrán de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) como único aportante.

La iniciativa estará vigente durante los próximos cinco años y su trabajo consiste en evaluar un total de 2.000 líneas de semillas de maíz (híbridos y variedades) que aportarán los bancos de germoplasma de las entidades anotadas, con el fin de encontrar las más adecuadas para los diferentes pisos térmicos, que se adapten a las condiciones agroclimatológicas y regiones de Colombia.

Además del desarrollo de nuevos híbridos para sembrar en el país, se tendrán también los diferentes paquetes tecnológicos de cultivo, que irán desde la preparación de tierras, manejo integrado de los cultivos, cosecha y poscosecha. Se complementa con la inclusión de componentes sociales y ambientales para las regiones productoras de maíz.

“Además de sus fortalezas agronómicas también serán biofortificadas, es decir, ricas en los nutrientes (por ejemplo, el zinc) que son escasos en las diferentes zonas del país”, dijo Bram Govaerts, director del programa de innovación estratégica y representante de Cimmyt para las Américas.

En diálogo con este blog, el científico líder de maíz en Colombia, Luis Narro, indicó que serán híbridos para todos los pisos térmicos, mientras que ya están en evaluación materiales en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat), en Palmira, y en otras localidades del Valle del Cauca como Buga, así como en Córdoba y los Llanos Orientales.

Economia del maiz

“Lo que produce Cimmyt no tiene valor comercial; solo basta que los gremios, como Fenalce, firmen convenios con nosotros y les entregamos los materiales. Ellos se encargan de los procesos de multiplicación y comercialización”, destacó el científico.

Ahora, el objetivo final de la iniciativa es responder a las necesidades de incrementar la producción y la productividad de las áreas maiceras. Así, la primera semilla mejorada se liberaría (quedaría disponible para los agricultores) en el año 2022, es decir, al tercer año de vigencia de la iniciativa.

Para lograrlo, esta cuenta con lo que llamaron ‘seis motores de cambio’: adopción de semillas mejoradas, poscosecha y nutrición, agricultura climáticamente inteligente, redes de acompañamiento a la innovación, vinculación de los productores al mercado, e infraestructura y desarrollo rural.

Cada uno de los motores anotados cuenta ya con un conjunto de acciones propuestas e identificadas que apuntan a ofrecer un mejor futuro para el maíz en Colombia.

Con los resultados se esperaría reducir en pocos años las importaciones del cereal, que sumaron algo más de 4,9 millones de toneladas en el 2017, el 73 por ciento de la demanda nacional y por las que se pagaron más de 1.000 millones de dólares, según las estadísticas de Fenalce.

Precisamente, el gerente de Fenalce, Henry Vanegas, (foto) indicó que lo importante es que ya los centros de investigación como el Ciat y Agrosavia reconocen la importancia del maíz y arrancan todo un programa de investigación en esta especie, cuyos resultados beneficiarán a los productores nacionales.

Henry Vanegas, gerente de Fenalce

“Con los resultados mejoraremos la competitividad y sostenibilidad de nuestros agricultores”, dijo el gerente de este gremio, que será parte activa de la iniciativa.

Acerca del tema, el ministro de Agricultura, Andrés Valencia, indicó que esas importaciones dependen de un único mercado (los Estados Unidos) y cada vez son de mayor volumen; en Colombia los que demandan el grano (los productores pecuarios) crecen de forma exponencial, mientras la agricultura colombiana no crece al mismo ritmo.

“Queremos sustituir las importaciones. La cadena del maíz está priorizada y es una carrera que ya comenzó con esta iniciativa”, dijo el funcionario.

Hoy, Colombia cuenta con los sistemas tecnificado y tradicional para la producción de maíz, con un rendimiento de 5,9 y de 3,5 toneladas por hectárea, respectivamente, por lo que es claro contar con nuevos materiales de siembra que incrementen las cifras anotadas.

La construcción de la iniciativa demandó un año de trabajo para un panel de expertos de las entidades anotadas al comienzo y de otras como la Upra y de la iniciativa internacional Harvest Plus, mientras que Fenalce representó los intereses de los cultivadores colombianos.

Por su parte, Juan Lucas Restrepo, director de Agrosavia, calificó a la iniciativa como una de las más completas que se haya hecho en Colombia y destacó que operativamente seguirá el ejemplo de México donde se han hecho trabajos similares con semillas específicas para localidades particulares.

Tanto el director de Agrosavia como el Ministro de Agricultura dejaron entrever que se hace necesario que una iniciativa similar se haga con la soya, pues los casi dos millones que importa Colombia, entre torta y frijol soya, pueden producirse en el país, buscando así incrementar la oferta local y reducir las importaciones.

Aclaraciones:

Por un error involuntario en la misma nota, publicada en el diario Portafolio, el día lunes 18 de febrero, se indicó que eran $1.500 millones de pesos, cuando la cifra correcta es 3.000 millones de pesos en total por los cinco años de duración de la iniciativa. Pido disculpas.

Ciat: Centro Internacional de Agricultura Tropical, con sede en Palmira (Valle del Cauca).

Cimmyt: Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo , El Batán, Texcoco (estado de México).

Agrosavia: Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Mosquera (Cundinamarca), antes Corpoica.

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