En el 2015, por un shock anafiláctico, fallecí clínicamente: fui un poco más allá, recuerdo que vi un túnel blanco y escuché la risa de mis hijos. Los médicos que atendieron mi reanimación me dijeron: “simplemente, fuiste y volviste”.
No sé si fue el primer segundo de esa partida que todos en algún momento haremos, pero sí sé que sentí profundamente lo que alguna vez escuché en el velorio de un gran amigo, quien dejó carta para leerla frente a su féretro ante todos los asistentes que reconocíamos en él su grandeza, sus éxitos económicos, intelectuales y sociales. “Observándome, reconozcamos que de aquí nos vamos sin nada”, decía la carta, que agregaba “todo desaparece y solo quedará nuestro legado”.
Es una realidad, cada persona recibe conforme a sus obras, es una ley perfecta que nadie puede eludir y que se convertirá en el legado sin que lo podamos evitar. Entonces, pensemos en lo que estamos sembrando hoy, si son mentiras, engaños, violencia, destrucción, malas acciones, groserías, trampas… eso mismo recibiremos y estaremos definiendo nuestro legado individual.
Por eso, decidámoslo hoy, sembremos paz, amor, perdón, reconciliación, diálogo, construcción, trabajo, dedicación… porque así mismo será la paga de nuestras obras. Las acciones son individuales, por tal razón, no vale la pena seguir la confusión y el desorden, porque celosamente debemos cuidar nuestra siembra y así mismo nuestra cosecha de vida.
Los invito a decidirlo y hacerlo hoy mismo. Pronunciemos palabras diferentes, palabras de esperanza, no aceptemos señalamientos contra nadie, respetemos las instituciones, cuidemos los bienes públicos, protejamos nuestros agricultores y provoquemos para ellos todo el respeto y respaldo, para que así puedan tener sus insumos, realizar sus actividades y vender sus cosechas que son el sustento de sus familias.
Sustituyamos nuestras reacciones automáticas por respuestas elegidas que reflejen la decisión de obtener la mejor paga conforme a nuestras obras, nadie podrá escapar de esta ley.
Entonces decidámoslo hoy, cambiemos en este peregrinaje, porque las acciones individuales serán la gran suma que impactará la conciencia colectiva y provocará el cambio que todos queremos y merecemos.
Un gran abrazo.
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