¿Justifica diversificarse más allá de los EEUU? Parte I
hadler@stanfordalumni.org
De acuerdo con un blog anterior (http://blogs.portafolio.co/diversificacion-internacional-de-portafolios/se-debera-invertir-legado-senor-buffet-dejara-esposa/), el señor Warren Buffet comentaba en su asamblea anual correspondiente al 2013 sobre sus instrucciones con respecto al legado que dejará a su esposa. Este deberá ser invertido en un 90% en un fondo indexado de acuerdo con el S&P 500, de muy bajo costo, y el 10% restante en un fondo de bonos del Tesoro.
Por su parte, el señor John Bogle, a quien le debemos la existencia de instrumentos financieros con cargos de administración inferiores a 0.1%, se pronunció en contra de la idea de portafolios globales en la que fue una de sus últimas entrevistas. “Tenemos el país más emprendedor, instituciones sólidas, y una economía muy diversificada donde el 50% de las utilidades provienen del exterior.”
Cabe recordar el anuncio por estos días en el sentido que la capitalización del sector tecnológico en los Estados Unidos alcanzó $9.1 trillones de dólares, por encima de la capitalización total del mercado europeo.
Los resultados de los últimos años están acordes con estos planteamientos. En efecto, el fondo “SPDR S&P 500” (SPY), que invierte en las 500 empresas más representativas en los Estados Unidos, ha obtenido una rentabilidad anual cercana al 15% en los últimos diez años. Por su parte, el fondo “iShares MSCI EAFE” (EFA), que invierte de acuerdo con un índice compuesto por cerca de 900 grandes empresas correspondientes a 21 países desarrollados excluyendo a los Estados Unidos, ha tenido un rendimiento de 5.5% durante ese mismo periodo. Estas diferencias se mantienen para el periodo de 15 años.
Sin embargo, el consejo tradicional para una adecuada diversificación internacional ha sido asignar alrededor un 70% a acciones norteamericanas, con un máximo de 5% a países emergentes, y esto último válido únicamente para aquellas personas dispuestas a tolerar una mayor volatilidad.
Su origen es la teoría clásica de portafolios, la cual sostiene que, para reducir la volatilidad y mejorar la utilidad por unidad de riesgo, se requiere de componentes con bajas correlaciones.
Una correlación alta se produce cuando las dos variables se mueven en la misma dirección, mientras que una correlación de cero significa que los movimientos son totalmente independientes. Importante recordar que el parámetro no involucra el tamaño del movimiento, ni una relación causa-efecto.
En la próxima entrada veremos los resultados de algunos estudios académicos al respecto.
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