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Que no nos vengan ahora con el cuento de que los huilenses somos los responsables de que El Quimbo esté apagado. Así se lo quiere hacer creer EMGESA a los colombianos a través de una orquestada campaña mediática.

 

Aquí la única responsable de lo que está sucediendo con la represa es precisamente esta multinacional que desde un comienzo ha hecho absolutamente todo al revés.

 

Una muy buena radiografía de lo que ha sucedido al respecto, la hizo el senador Rodrigo Villalba en su columna de este domingo en el diario local La Nación. Recuerda el parlamentario que esta obra se inició sin consultar a los huilenses ni a la dirigencia del departamento ni a la población que resultaría afectada. Y lo que es peor… arrancó sin licencia ambiental.

 

 “Cuando la licencia se concedió se pudieron pactar algunas compensaciones que han sido cumplidas a medias. Y al finalizar el proyecto, en el afán de generar energía, no respetaron los compromisos ambientales y los dictados de la CAM como de las  autoridades regionales”, señala el parlamentario.

 

Y en efecto, medios locales y nacionales denunciaron el año pasado que en una revisión de las autoridades ambientales se pudo establecer que «no se agotaron las medidas de manejo técnico orientadas a realizar adecuadamente las actividades de repicado, apilado y retiro de la madera y la biomasa producto de las actividades de aprovechamiento forestal en el vaso del embalse, lo que podría generar una grave afectación de los recursos naturales».

 

La CAM denunció que la compañía no retiró en cinco años la madera que cortó y la dejó dentro de las cotas de inundación, estimada en 50.000 tonedas. Por este garrafal incumplimiento es que el Tribunal Administrativo del Huila ordenó apagar El Quimbo. Acción que respaldó la Corte Constitucional.

 

Ahora quieren hacerse los locos y culpar al Huila por  lo que está pasando. Por eso es injusta la campaña mediática que adelanta EMGESA contra los huilenses, cuando el único responsable aquí es EMGESA por su irresponsabilidad. A la que  se suma la amenaza de no querer abrir las compuertas para que el Magdalena recupere su cauce normal, lo que pone en riesgo la piscicultura de Betania de donde se exporta la mayor cantidad de mojarra del país, así como la sostenibilidad del río mismo y de las poblaciones que subsisten de él.

 

Por eso tiene razón Villalba en advertir que “EMGESA no se la pase de ‘vivo’ realizando una campaña mediática para responsabilizar a los Huilenses por las consecuencias de sus actos”.

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