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El bloqueo del Puerto de Buenaventura desató una crisis sin precedentes en el sector importador, tanto de materias primas como de miles de productos que surten el comercio nacional.

A la escasez de contenedores, que hizo que los fletes para transportar mercancías entre Asia y Colombia pasaran en un año de 1.500 a 10.500 dólares, se sumaron los sobrecostos generados por los bloqueos que incluyen las multas diarias por contenedores retenidos en el puerto y los incrementos exagerados por bodegaje y fletes terrestres.

Situación que tiene reventados a los importadores y al borde de la quiebra a miles de empresarios de este importante sector de la economía colombiana.

“No me había dado cuenta de que las demoras en puerto fueran tan costosas. Hoy pagué por un contenedor que llevaba 24 días, 8 millones de pesos, lo que se me hace algo absurdo. Es una situación que se nos sale de las manos por culpa de los bloqueos y del paro nacional. En total, por esos tres contenedores, entre demoras, bodegajes e incrementos de fletes pagué más de 55 millones de pesos”, sostuvo un empresario.

Otro importador indignado señaló que los incrementos de los fletes terrestres son exagerados: “El transporte de un contenedor entre Buenaventura y Bogotá costaba cuatro millones de pesos y hoy en día estoy pagando siete millones ochocientos mil pesos. Y eso porque conozco a la empresa transportadora que me redujo la tarifa”.

Por esta razón ambos coinciden en que “los únicos que ganan en medio de esta crisis son las navieras que manejan la carga internacional, los dueños de los contenedores, los dueños de los puertos y los dueños de las empresas de transporte de carga terrestre. Mientras que al importador colombiano lo han dejado solo, nadie lo ayuda, el Gobierno no se pronuncia con ayudas, lo exprimen cada vez más, pierde ingresos y se endeuda para sostener sus nóminas y sus negocios”.

De hecho, en las terminales portuarias de Buenaventura se mantuvieron represadas 242.200 toneladas, de las cuales 133.800 eran de granel sólido y 36.600 de carga general, entre las cuales figuraban 3.200 vehículos y cerca de 71.600 toneladas de mercancías en contenedores.

Razón por la cual un grupo de navieras se vieron obligadas a suspender sus operaciones hacia este destino, lo que agravó aún más la crisis de los importadores, pues muchas materias primas y productos ya estaban empacados en contenedores o incluso en barcos que fueron desviados a otros puertos, lo que incrementó aún más los costos.

¿Es justo que los importadores tengamos que asumir solos estos sobrecostos? Se preguntan a hora los empresarios del sector.

“El Gobierno, ante semejante crisis por la que estamos atravesando los importadores, no se ha pronunciado con ayudas o soluciones efectivas. Esto conlleva a que muchas empresas se vean obligadas al cierre total, incrementando la cifra de desempleo en el país”, sostienen.

Es así como los empresarios e importadores han tenido que atravesar por una difícil situación desde el 2020. Los que han podido mantenerse en el mercado es porque han sabido reinventarse en su actividad. Sin embargo, están trabajando con los pocos recursos que tienen y reduciendo al máximo sus costos, lo que ha conllevado al despido de más del 50% de sus empleados.

 

 

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