Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Este caso si es la tapa. Mientras cientos de pacientes suplican y ruegan porque les programen una cirugía o les den los medicamentos que tiene que ser, Saludcoop ‘despilfarró’  miserablemente otros 30.000 millones de pesos de recursos de la salud de los colombianos, los cuales  terminaron en los bolsillos de quienes muy seguramente no estaban tan enfermos. Y digo ‘despilfarró’ porque no tengo pruebas para demostrar que se los 'embolsillaron'.

 

Esta indignante historia se resume de la siguiente manera: En 2007, cuando Carlos Palacino era amo y señor de Saludcoop (dicen que aún lo sigue siendo), se estructuró la  adquisición de 12 plantas generadoras de oxígeno para las diversas clínicas de la organización.

 

Pero Saludcoop no las compró directamente. Escogió, vaya uno a saber cómo, a una firma para que las importara, a la cual le dio un anticipo de 800 millones de pesos. Costaron en Italia 3.000 millones de pesos, según los manifiestos de importación (8100003292, 8100004720, 8100004917, 8000000322), marca Oxiswing PSA.

 

Y aquí viene lo más increíble, Saludcoop luego le pagó a esa empresa, Verifylab, unos 500 millones de pesos mensuales por el arriendo de dichos equipos durante 60 meses, unos 30.000 millones de pesos, aproximadamente, tiempo durante el cual casi nunca los utilizó porque el oxígeno se lo siguieron comprando a las multinacionales que lo venden en pipetas y tanques a las clínicas y hospitales. “Salía más rentable”, me confesó el señor liquidador de Saludcoop.

 

Sagradamente Saludcoop pagó los 500 millones de pesos mensuales por el arriendo, incluso después de haber sido intervenida, a sabiendas de que las plantas no estaban operando. De esta manera 30.000 millones de pesos fueron a parar a la firma Verifylab, que solo invirtió 3.000 milloncitos en el negocio.

 

¿Esto no es detrimento? ¿Cómo es posible que Saludcoop haya pagado por el arriendo de unas plantas generadoras de oxigeno 30.000 millones de pesos cuando costaban en el mercado solo 3.000 millones y más aún si nunca estuvieron funcionando?

 

Cuando le pregunte al Superintendente de Salud, Gustavo Morales, sobre este caso, me dijo que no tenía conocimiento, que iba a investigar. Y nunca se supo de la investigación y de eso ya hace como un año.

 

Para salir del paso me remitió entonces al liquidador de Saludcoop, Guillermo Grosso, que antes que sorprenderse por el caso me dijo que “los periodistas solo buscábamos cómo perjudicar a Saludcoop con historias amarillistas como estas”.

 

Que iba a ver en qué iba ese asunto, que esas plantas eran ya propiedad de Saludcoop porque era un contrato con opción de compra y que estaban ahí por si en algún momento se necesitaban. Y que resultaba más barato comprar el oxígeno a las multinacionales que habían bajado de precio.

 

Pero no contestó ¿por qué se siguió pagando el arriendo por las plantas sino no estaban cumpliendo su función: producir oxígeno?

 

Pero bueno, ya sabemos que ninguna investigación contra Saludcoop prospera en este país y que todo lo que ha pasado a su alrededor quedará como una de las más grandes e impunes aberraciones administrativas y judiciales de la historia colombiana, de la que se alimentaron, y se siguen alimentando contratistas, asesores, políticos, partidos y gobiernos… Y todo con los recursos de la salud de los más pobres de los colombianos.

Compartir post