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Esta historia es como para otra novela de la Colombia macondiana de Gabriel García Márquez: Tres ‘gatos’ han hecho hasta lo imposible para que las estatuas de San Agustín no sean llevadas a Bogotá a una exposición en el Museo Nacional.

 

Al tiempo que una muestra del Museo del Oro se pasea triunfante por los pasillos del Museo Británico de Londres.

 

Pues resulta que un grupo de personas, muchas de las cuales nada tienen que ver con el departamento del Huila, ni ostentan ninguna autoridad sobre el Parque Arqueológico, han frenado con amenazas, insultos, agresiones y taponamientos de vías esta iniciativa que surgió deI Instituto Colombiano de Antropología e Historia y que cuenta con el respaldo del Ministerio de la Cultura.

 

Pero como dicen, no ha habido poder humano ni autoridad que haya sido capaz de poner los puntos sobre las íes para garantizar el traslado de las piezas a Bogotá donde puedan ser admiradas por miles de personas, lo que a su vez atraerá a cientos de turistas a San Agustín.

 

Resulta que unos supuestos ‘líderes’  de una comunidad de indígenas Yaconas, que llegaron del Cauca hace como 14 años y a los cuales el gobierno les dio unas tierras en proximidades del Parque Arqueológico, ahora se creen los dueños de este patrimonio histórico de la humanidad.

 

Y  exigen consultas previas para la movilización de las estatuas, como si se tratara de la realización de obras públicas en sus territorios. Esto es un acto administrativo y punto.

 

A lo que se han sumado intereses de políticos de pacotilla, que se aprovechan de la ignorancia de la gente (así como hacen las sectas religiosas que explotan a miles de incautaos mientras sus pastores viven como multimillonarios) y están pescando en rio revuelto inventando toda clase de especulaciones, como aquella que asegura que todo se planeó para cambiar las piezas en Bogotá para vender las originales en el mercado negro.

 

Lo más insólito, es que un par de reconocidos ‘guaqueros’ del Parque están entre los ‘líderes’ del movimiento que se opone al traslado de las estatuas a Bogotá.

 

Increíble que tres ‘pelagatos’ pongan en jaque al Gobernador, al Alcalde de San Agustín, al Ministerio de la Cultura, a la Policía… mejor dicho a todo el Estado. Que falta de calzones !!! Carlos Mauricio Iriarte… amárrese  bien esos pantalones que por cuenta de este episodio tan insólito y vergonzoso los opitas somos otra vez centro de burla nacional… y para eso no fue que lo eligieron gobernador.

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