Con asociatividad, la Unidad Solidaria impulsa el turismo en La Guajira
Universidad Cooperativa de Colombia y Unidad Solidaria crean experiencia turística inmersiva en La Guajira de la mano de 37 organizaciones solidarias locales.
Turistas explorando la laguna costera del Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos (Foto Orlando Gómez).
En los últimos meses, La Guajira se ha convertido en el epicentro del turismo nacional gracias a sus inmensos atractivos ancestrales, ambientales y culturales. También por sus artesanías y exquisita culinaria.
Así lo ha entendido la Unidad Solidaria —una entidad del Estado encargada de fortalecer las cooperativas, fondos de empleados, asociaciones mutuarias y grupos de voluntariado en todo el país— que desarrolló un circuito turístico de 96 kilómetros entre las poblaciones de Camarones y Manaure, pasando por Riohacha, en el litoral sur de La Guajira.
Circuito Turístico Guajira al Corazon, de Camarones a Manaure, pasando por Riohacha (Foto Google Maps).
El objetivo: promover un turismo más consiente a través de asociaciones locales de restaurantes, comercios, hoteles y artesanías con profundo arraigo guajiro.
Bajo el nombre de ‘Circuito La Guajira Corazón Solidario’ fui invitado por la Universidad Cooperativa de Colombia y la Unidad Solidaria a vivir una experiencia turística inmersiva y experimentar las vivencias del día a día guajiro.
SANTUARIO DE FLAMENCOS
Todo inició en el Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos, un espectáculo inmaculado y maravilloso en donde los cielos azules se interrumpen con arreboles y el vuelo de cientos de aves con plumaje rosado intenso que se pierden en la inmensidad de las lagunas del santuario.
Se trata de un inmenso ecosistema de más de 7.000 hectáreas, en el cual conviven miles de flamencos que habitan humedales conformados por lagunas costeras, manglares y vegetación seca.
Allí, la Unidad Solidaria logró conformar diversos convenios con pescadores artesanales, guías turísticos y asociaciones de barqueros de la etnia Wayúu para disfrutar de un recorrido histórico que invita a celebrar el milagro de la naturaleza para la vivencia directa del turista y el regocijo de las comunidades circundantes que encuentran en la protección del ecosistema la mejor disculpa para ser más productivos.
CIRCUITOS SOLIDARIOS
“Cuando llegamos al Gobierno nos encontramos con una economía solidaria, popular y comunitaria fragmentada, sin apoyo”, revela el director de la Unidad Solidaria, Mauricio Rodríguez Amaya.
Mauricio Rodríguez Amaya, director Unidad Solidaria (Foto Orlando Gómez).
Fue así como, a partir de allí, la Unidad Solidaria comenzó a construir con las regiones algo llamado ‘Circuitos Asociativos Solidarios’ que juntan a la gente y a las organizaciones “a fin de lograr transformaciones territoriales de acuerdo con las necesidades de cada región”, dice Rodríguez Amaya.
Las palabras del funcionario trascienden en la mente de quienes ven al departamento como una fuente de recursos turísticos y comerciales: “La Guajira no solo es vida, agua, riqueza maravillosa e historia ancestral. De hecho, también es riqueza comunitaria”, declara el funcionario.
“Si juntamos esto en un circuito, si le damos vida a esa economía popular y solidaria, La Guajira va a tener un empoderamiento económico necesario para, a través de esos procesos cooperativos, salir de la marginalidad en que durante años la han sometido”, remarca.
Artesanías Wayúu en la Carrera Primera de Riohacha (Foto Orlando Gómez).
Es un argumento que tiene sentido, especialmente por la cantidad de organizaciones solidarias, populares y comunitarias que tienen asiento en esta parte del departamento.
ORGANIZACIONES SOLIDARIAS
Es así como gracias al trabajo de la Universidad Cooperativa de Colombia y la Unidad Solidaria, se descubrieron 37 organizaciones solidarias que alimentan las cadenas productivas de la sal marina, las artesanías y la gastronomía en el eje turístico Camarones-Riohacha-Manaure, las cuales están conformadas por cerca de 1.500 asociados.
Una de ellas es El Flamenco, una agencia de turismo que ofrece tour guiados, restaurante, hospedaje y traslados al Santuario. “Nuestras experiencias brinda un encuentro interactivo con la inmensa cultura guajira para disfrutar del avistamiento de más de 300 especies de aves protegidas, tanto residentes como migratorias”, dijo Franklin Choles, director de la agencia.
Franklin Choles, director El Flamenco, agencia de turismo (Foto Orlando Gómez).
En la noche llegamos a Castillo del Mar, un hostal y restaurante ubicado en pleno santuario y en donde los paisanos sirvieron chivito con yuca tierna y limonada al compas de los cuatro aires vallenatos interpretados por músicos locales.
MAGIA, ANCESTRALIDAD Y PEDAGOGÍA
El día siguiente partimos a Manaure, un pueblo de magia, ancestralidad y sal, mucha sal. Un lugar inédito en Colombia en donde las montañas de sal sobresalen por encima del horizonte. Son más de 4.000 hectáreas inundables que los Wayúu han convertido en una fuente de ingresos, tanto por sus famosos tejidos, como por la cerámica y —naturalmente— la sal.
Salinas de Manaure (Foto Orlando Gómez).
“Es muy diferente hacer turismo por cuenta propia que apoyarse en las organizaciones de economía solidaria establecidas en La Guajira”, asegura Norelys González, una empresaria del turismo también conocida como ‘La Princesa del Desierto’.
“Gracias a las comunidades locales, los turistas pueden conocer realmente al detalle cómo se produce la sal de Manaure, por qué razón surgen los diseños de las mochilas Wayúu o cuál es la importancia del chivo en nuestra gastronomía”, dice Norelys.
Lorelis González, la Princesa del Desierto (Foto Orlando Gómez).
Precisamente esa es la idea del circuito: tener una lectura diferente de la cultura guajira, directamente de sus pobladores y emprendedores. Con ellos se pueden vivir jornadas de acompañamiento pedagógico para comprender a cabalidad el significado que le dan al agua, al camarón, al algodón y al maíz. También a sus costumbres y cosmogonía.
El turismo que promulga la Unidad Solidaria es —ni más ni menos— un descubrimiento de la riqueza cultural y territorial que distingue a este bellísimo territorio.
“Nuestro propósito es abrir puertas al conocimiento y a la apreciación genuina de nuestras tradiciones, convirtiendo al turista en un verdadero protagonista del aprendizaje”, finalizó Mauricio Rodríguez.
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