Un diálogo sobre el tema, ameno e ilustrativo, con Manuel Otero, director del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), durante las sesiones de la Conferencia Internacional sobre bioeconomía (ICABR 2020).
¿Por qué se dice que la bioeconomía es una necesidad para la región?
Es indispensable que utilicemos la nueva frontera de tecnología y conocimiento para aprovechar más eficiente y sosteniblemente los recursos y principios biológicos presentes en la región. Principalmente: a) porque tenemos la necesidad de reactivar las economías nacionales, generando fuentes de empleo e ingreso para las poblaciones que se han visto más afectadas por la crisis actual; b) porque debemos incrementar sustancialmente la producción de alimentos, energías, fibras y materiales para satisfacer las demandas de una población más grande, adinerada y urbana; y c) porque existen fuertes compromisos para avanzar en la ‘des-carbonización’ y sostenibilidad ambiental, así como en mejorar las condiciones de vida de los agentes de las cadenas agrícola y los territorios rurales
¿La bioeconomía es una oportunidad para la región?
Principalmente porque: a) América Latina (ALC) alberga a 8 de los 17 países más megadiversos del planeta, tiene más de una cuarta parte de las tierras cultivables y una tercera parte de los recursos de agua dulce del mundo, lo que la convierte en la región con el mayor potencial de generación de biomasa; b) los avances en las ciencias naturales (biología, física, y química), las ciencias sociales (sociología, economía y política) y las TIC se complementan para plantear senderos de desarrollo más eficientes, sostenibles e inclusivos; c) ALC tiene posibilidades de incrementar sustancialmente la eficiencia y sostenibilidad de la producción y transformación de los recursos biológicos a partir del aprovechamiento de la bioeconomía (incremento de productividad, reducción de pérdidas y desperdicios, mejora en eficiencia ambiental, agregación de valor, bioenergías y bioproductos, etcétera).
¿La bioeconomía es un proceso en marcha en ALC?
Desde hace más de 30 años, en diversos países de ALC, se gestan modelos de negocios que transitan por diferentes vías de la bioeconomía (aunque en aquellos momentos no se les llamara así). Hoy en día, algunos de esos países son líderes en aplicaciones biotecnológicas para la agricultura, bioenergías, bioquímica, aprovechamiento de la biodiversidad, agricultura de bajo carbono, entre otros.
Aunque en la región despegó el desarrollo de los modelos de negocios de la bioeconomía, sin contar con la institucionalidad ni los apoyos públicos requeridos, recientemente los tomadores de decisión han visualizado y reconocido el potencial de la bioeconomía, y, a la par, los países han desarrollado instituciones e instrumentos de política pública para su promoción.
Hoy en día, países como Costa Rica, Argentina, Uruguay, Colombia, Ecuador y Bolivia están trabajando fuertemente tanto en la formulación de estrategias nacionales para la promoción de la bioeconomía, como en marcos normativos para viabilizar y fomentar la seguridad de sus senderos productivos (bioenergías, biotecnologías, servicios ecosistémicos, entre otros).
¿Qué se requiere para su aprovechamiento en ALC?
Para que la bioeconomía sea un modelo de desarrollo viable y aprovechable para todos los diversos tipos de agricultura y territorios rurales de ALC, y que se generan los encadenamientos con el resto de sectores de la economía, es indispensable que los desarrollos científico-tecnológicos estén acompañados de marcos normativos y políticos.
También, de cómo enfoques de mercado y de mecanismos inclusivos, que generen incentivos para que los agentes económicos de las cadenas de valor tomen la decisión de utilizar más eficientemente los recursos y procesos biológicos en sus modelos de producción, transformación y comercialización. Además, que aseguren que los nuevos usos serán inocuos, seguros y sostenibles.
Dentro de las principales políticas habilitadoras se encuentran:
- Los marcos regulatorios ambientales, sanitarios, agrarios y de salud que faciliten (o entraban) el fomento de la bioeconomía.
- Los instrumentos para fomentar la creación o crecimiento de mercados de la bioeconomía (compras públicas, etiquetados, estándares, regulación y transparencia de mercados.
- Los estímulos económicos, financieros y fiscales (financiamiento, impuestos diferenciados, fondos de inversión, acompañamiento).
- La generación y/o fortalecimiento de capacidades técnico / científicas para la innovación.
- Las políticas de localización industrial para bioeconomía (promoción de clústeres, capacitación, promoción de IED, transferencia de tecnología).
- El apoyo político al cambio social de base biológica (sensibilización sobre potencialidades)
- El fomento a la investigación y desarrollo (I+D) con programas de innovación, clústeres, pilotos, generación de tecnologías habilitantes, entre varias políticas.
¿Cuál ha sido el aporte del IICA para la promoción de la bioeconomía en la región?
Con el objetivo de fomentar el aprovechamiento productivo de la bioeconomía en la agricultura y en los territorios rurales de ALC, en un marco de inclusión y sostenibilidad, el IICA estableció en su Plan de Mediano Plazo 2018-2022 la creación de un Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo (BEyDP) que gestiona el conocimiento alrededor de cuatro áreas estratégicas.
En primer lugar, a través de investigaciones, estudios, talleres, seminarios y cursos, sensibilizamos a tomadores de decisión y actores de las cadenas productivas del agro y de los territorios rurales sobre las potencialidades de la bioeconomía, a la vez que formamos capacidades (cuadros técnicos) para sus nuevos aprovechamientos.
Además, apoyamos la formulación e implementación de herramientas – guías para la construcción de hojas de ruta diferenciadas para el aprovechamiento de la bioeconomía, de acuerdo a potencialidades de territorios y cadenas de valor
También, apoyamos la formulación e implementación de políticas y estrategias para la promoción de la bioeconomía, así como la construcción de normativas y estímulos de mercado para viabilizar y fomentar sus senderos (bioenergías, biotecnología).
Por último, apoyamos el diseño e implementación de estrategias, planes, programas, proyectos e inversiones para fomentar nuevos modelos de negocios de la bioeconomía en los territorios rurales y las cadenas de valor de la agricultura.
Para el director del IICA, ¿cuál es el proyecto de bioeconomía más urgente que requieren los países para ponerlo en marcha?
Considero que el proyecto que está a la mano de todos y que los Gobiernos locales deberían poner en marcha casi que de inmediato es el beneficio de las basuras de las ciudades. Estas, con una adecuada clasificación desde los hogares, da como resultados fertilizantes agrícolas, en cuyo proceso productivo se demandan pocos insumos, como algunas levaduras y otros productos que las estabilice y hagan más útiles los desechos orgánicos. Se que hay proyectos de este tipo funcionando en países como Colombia, donde una parte de los desechos urbanos, mal llamados basuras se convierten en fertilizantes de alta demanda.
¿El IICA es el llamado a liderar los planes de bioeconomía de la región?
La institución tiene las capacidades y ventajas para promover la bioeconomía, en la medida que mantiene relaciones estrechas con los tomadores de decisiones en cada uno de los países, como son los gobiernos, además de contar con todas las conexiones que se requieren para que los proyectos terminen siendo exitosos y dignos de mostrar.
Siendo el café uno de los productos estrella de la región ¿cómo hacer para que los productores del grano aprovechen al 100 % ese cultivo?
En general, el cultivo del café en nuestros países ha avanzado en todos sus aspectos, desde el mejoramiento de los materiales de siembra hasta los métodos de cultivo, la densidad de plantas por hectárea, las buenas prácticas de cultivo y la productividad, y ya, en la etapa de beneficio, se han logrado avances en ahorro de agua. Faltan algunos aspectos como la disposición final de las aguas y el manejo de los residuos de las cosechas, de los que pueden lograrse subproductos de alta calidad: agua para consumo de las fincas, fertilizantes para los mismos cultivos del café, hasta elementos de madera y artesanías.
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