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Pavor… terror. No hay otra manera de expresar lo que siento cuando Gustavo Petro, el responsable de quebrar y arruinar el sistema de Salud de Bogotá, anuncia ahora una reforma nacional del sistema para que lo administre su gobierno. Comenzaremos en esta primera entrega con el desastre, el despilfarro, la desidia y el carrusel de la contratación de la EPS Capital Salud durante su administración.

La quiebra de Capital Salud

Petro fue el responsable del descalabro más grande de Capital Salud, la EPS del régimen subsidiado de Bogotá y que debe garantizarle el acceso a la salud a la población más vulnerable de la capital, más de un millón de personas que están inscritas en el Sisbén.

Sin embargo, Petro la dejó desfinanciada en más de 600.000 millones de pesos, recursos que nunca se supo que destino tuvieron. De hecho, la Superintendencia de Salud, el 22 de octubre de 2015, le impuso medida de vigilancia especial debido al caos administrativo y financiero y por el pésimo y miserable servicio que brindaba a sus usuarios.

Según se desprende del ‘Libro Blanco’, donde se consignaron todas las irregularidades que se detectaron en la administración de Gustavo Petro, “la EPS Capital Salud presentaba un deterioro importante en los resultados financieros y en los estándares de habilitación, con pérdidas originadas en los costos de operación y en el traslado masivo de afiliados sin tener una correspondencia en el valor de la UPC reconocida”.

A su vez, la EPS se recibió con preocupantes síntomas de mala administración. No existió control y supervisión de los contratos de medicamentos y suministros y con incumplimientos en la entrega de los mismos. De igual manera se realizaban entregas parciales y se cobraba la totalidad de la entrega. Y algo muy preocupante, la entrega de ciertos medicamentos se hacía por fuera de los tiempos requeridos, originando riesgos frente al manejo de los pacientes y requerimientos de los organismos de control.

“No se encontró información sobre caracterización de tarifas para los contratos con la red, por lo cual se presenta diversidad de tarifas. No existió tampoco supervisión de los contratos en Red. Su seguimiento es fragmentado y sin control integral especial”, advierte el reporte.

El ‘carrusel de la contratación’ en Capital Salud

Pero eso no es nada. El periodista Melquisedec Torres tuvo acceso a una auditoría forense confidencial, elaborada por la prestigiosa KPMG International, que revisó cómo el gobierno de Petro manejó Capital Salud, y que dio a conocer en su columna de El Colombiano.

La auditoría de KPMG cubrió de octubre 2014 a mayo de 2016. Analizaron más de 3.5 millones de documentos y encontraron (el informe tiene 119 páginas) altísimos sobrecostos, contrataciones no justificadas, conflictos de intereses y falsedad en documentos, entre muchas otras graves irregularidades.

Revela el periodista que hallaron $401.000 millones en contratos sin soportes de pólizas de responsabilidad en los hospitales, IPS y clínicas a cargo o contratados por Capital Salud, como Hospital del Tunal ($225.000 millones) y Hospital Meissen ($138.000 millones) sin pólizas ni tampoco portafolio de servicios que, dice KPMG, son documentos indispensables, violando todos los principios de contratación.

“El 95% de esos contratos analizados, por más de 1 billón de pesos, no tuvieron participación de comités de contratación, incumpliendo la ley y los manuales de contratación. Solo 4 de 79 grandes contratos revisados cumplían con ese requisito. Y más del 50% no se pudieron revisar en sus posibles sobrecostos pues no tenían tablas de negociación con proveedores”.

Además:

  • En 3 de cada 4 contratos no había supervisor.
  • El 90% no tenía actas de liquidación.
  • De 37 grandes contratos administrativos, solo 10 se adjudicaron por licitación (con un solo oferente) por $14.965 millones.
  • 23 se entregaron a dedo por $31.826 millones.

Asegura Torres en su columna que KPMG calificó las etapas precontractuales como nulas o deficientes . Y de  deficiente la gestión administrativa. Encontró que Capital Salud contrató a empresas de salud en Bogotá y Meta que no tenían habilitación legal para esos servicios. Detectó más de $367.000 millones en cuentas médicas sin auditoría médica y con alto riesgo de error o fraude (el 26% de todas las cuentas) y que se pagaron $363.000 millones en anticipos sin soportes completos o sin ellos.

Y ahora el responsable se semejante descalabro tiene el descaro de decir que tenemos uno de los perores sistemas de salud del mundo y quiere administrar, él y su gobierno, el sistema de salud de todos los colombianos. ¡Qué horror!

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