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Las motos de AKT han desempeñado un papel crucial en la economía y dinamización colombiana.

Ricardo Molina, Juliana Correa, Camilo Mantilla y Juan Esteban Huertas, ejecutivos de AKT Motos.


“Aceleramos el progreso”. Con este eslogan, la gente linda de AKT Motos está celebrando su aniversario número 20. Un hecho histórico que marca dos décadas de dedicación incansable a impulsar el avance en Colombia a través de la movilidad.

Desde sus modestos comienzos en una pequeña planta ubicada en Envigado, Antioquia, hasta convertirse en un referente y modelo de la industria a nivel internacional, AKT Motos ha encarnado este lema en cada paso de su trayectoria.

“Ha sido un viaje en cual nuestras motos han participado activamente en la economía colombiana”, me aseguró Miguel Londoño, durante la celebración en Medellín la semana pasada.

Este alto directivo de Corbeta S.A., matriz a la que pertenece AKT Motos, considera que la moto es mucho más que un simple vehículo de transporte: “ni más ni menos, estamos ante un catalizador económico que impulsa el progreso y la prosperidad de todo un país”.

Sus palabras cobran sentido, máxime cuando se observa el impacto tangible que las motocicletas han tenido en diversos sectores económicos a lo largo y ancho de Colombia, un sector donde AKT Motos ha sido la columna vertebral.

ROL EN CADENAS DE SUMINISTRO

“Desde el transporte de mercancías en zonas rurales hasta el servicio de mensajería en las bulliciosas calles de las ciudades, AKT ha sido un elemento fundamental en las cadenas de suministro y en la conectividad de las comunidades”, expone Juan Esteban Huertas, director de ventas del fabricante.

La marca no solo es querida por los colombianos debido a su desempeño y diseño, sino también por su asequibilidad, algo que ha impulsado no solo por sus precios moderados, sino también por a las facilidades de acceso al crédito, especialmente a través de convenios con entidades financieras, bancos y empresas de servicios públicos.

“Esta iniciativa democratizó el proceso de compra de motos, permitiendo a un amplio espectro de la población acceder a un vehículo por primera vez, algo nunca visto en el sector de motos colombiano”, precisó Ricardo Molina, gerente general de la compañía.

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INNOVACIÓN, UN PUNTAL

En medio del festejo, sobresale una y otra vez la misma palabra: innovación. Desde el primer modelo que ensambló, la AK 100 —que costaba $2.5 millones— pasando por el modelo más vendido en Colombia —la NKD 125—, hasta las emocionantes novedades lanzadas en la pasada Feria de las Dos Ruedas, incluyendo al modelo AKT CR4 150, “nos hemos preocupado por estar a la vanguardia en tecnología y diseño”, expone Huertas.

Los modelos incluyen scooters y enduros, así como motos de carga de tres ruedas y vehículos deportivos, estos últimos, utilizados como gancho patrocinador en eventos y equipos de fútbol tales como Independiente Santa Fe, Deportivo Independiente Medellín y Atlético Nacional, entre otros.

SEGURIDAD Y SOSTENIBILIDAD

En los últimos años, la marca ha asumido una responsabilidad más alta en temas de seguridad vial y la protección del medio ambiente. “Esto ha dado lugar a la creación de programas educativos y campañas de concientización para promover prácticas seguras de conducción, enfatizando la importancia del respeto a las normas de tránsito y el uso adecuado del equipo de protección”, recalca Huertas.

También andan preocupados por tratar de reducir su huella ecológica. “Desde la optimización de procesos de fabricación hasta la incorporación de tecnologías más limpias y eficientes, buscamos constantemente minimizar nuestro impacto ambiental y contribuir a la preservación del entorno natural”, dice.

Otro gran filón es la disponibilidad de repuestos y respaldo postventa. Con una extensa red de concesionarios y centros de servicio en todo el país, “los clientes pueden estar seguros de que recibirán el apoyo y la atención que necesitan en cada etapa de su viaje con nosotros”, declaró el ejecutivo.

Luego de tantos kilómetros recorridos, AKT Motos sigue siendo tan importante como modesta, tan veloz como resiliente, tan productiva como emblemática.

Podría pasar párrafos y párrafos tratando de explicar los aportes históricos de AKT Motos para el progreso de Colombia y de otras 20 naciones en donde está dejando huella, pero mejor dejo que Ricardo Molina sintetice: “Somos una marca humanizada en la cual cada moto vendida representa un sueño cumplido, una meta alcanzada y un paso hacia adelante en el camino hacia un futuro mejor”.

¡Felices veinte, AKT!

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